Aprender a manejar sus emociones de una manera sana sin la necesidad de lastimar a los demás es lo que se recomienda con la práctica de yoga, disciplina que enseña a los niños a ser más conscientes de su cuerpo y su mente.
"Los pequeños a través del yoga aprenden a estar atentos, enfocados, les ayuda a incrementar su flexibilidad y sobre todo, aprenden a respirar de una manera correcta ya que es fundamental para poder llegar a un estado de calma y tranquilidad", menciona María Eugenia Farías Córdova, certificada en Yogi Minds for kids por Sādhak Yoga Institute de la ciudad de Monterrey.
Quien es fundadora de Happy Soul, afirma que se ha comprobado que los niños que practican yoga, son más empáticos, se preocupan por los demás, son más seguros y sobre todo, son niños que aprenden a quererse a sí mismos y a los demás.
"En cuanto a las emociones, debemos entender que no hay emoción buena o mala, todo lo que ellos sienten como enojo, preocupación, tristeza, ansiedad y otras, llegan con un propósito y está en nosotros tomar el aprendizaje. El yoga nos permite ver hacia adentro, conectar con nosotros mismos, ver a nuestro interior y eso ayuda a saber lo que siento y lo que necesito, pero sobre todo, a entenderlo".
Farías Córdova recalca que la palabra emoción significa movimiento, "entonces si el niño se mueve, brinca o corre, todo ese sentimiento va a salir, es por lo que esta disciplina es una herramienta para transformar el estado emocional, ya que el control sobre nuestro cuerpo y respiración es lo que nos va a permitir llegar a un estado de calma".
Advierte que el yoga por lo general se practica con los ojos cerrados, lo que permite ver hacia adentro y conectar con nosotros mismos, "es lo que ayuda a saber lo que sentimos y principalmente entenderlo, el yoga también es una herramienta que transforma el estado emocional ya que permite tener el control sobre cuerpo y mente".
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María Eugenia dice que con dos clases a la semana serán suficientes para que pueda disfrutar de todos los beneficios que esta disciplina le puede otorgar. Y se puede practicar de los tres a los 12 años.
En la parte educativa, esta actividad ayuda a tener una mejor concentración, enfoque y mantener la atención en el aquí y ahora. "En mi opinión esta es una disciplina que debe estar en la escuela o colegios, lo cual ayudaría a formar niños más empáticos, respetuosos y más amorosos con ellos mismos y con los demás".
Para concluir, María Eugenia hace la invitación para que los padres de familia lleven a sus hijos a una clase de yoga, "les aseguro que les cambiará la vida tanto a ellos como a los niños, ya que transforma la forma de ser y entre más temprana edad se practique, muchos serán los beneficios que se podrán disfrutar".