Cuando ingresó a la NASA fue asignado a la oficina de instrumentación y entrenamiento de los astronautas, Miguel Castillo, quien nació en la Frontera de Ciudad Juárez, sintió que su sueño estaba realizado: estar con los hombres que viajan al espacio.
Ingeniero Mecánico, investigador y científico del Programa Espacial de los Estados Unidos, desde 2008 inició a laborar en la NASA y fue invitado por la Universidad Valle de México en la ciudad de México (UVM) a impartir la conferencia magistral La exploración espacial y sus herramientas de innovación global.
En su plática compartió cómo surgió este sueño, cómo desde niño lo fue cultivando y cómo se enfocó en dicho interés a través de numerosos aspectos de su vida. Así, tras narrar episodios clave de sus estudios, de su aprendizaje, así como de su trayectoria en la industria automotriz, compartió también cómo es su trabajo actual en la NASA y cómo ha abordado los retos que se le han presentado.
En un comunicado de prensa de la universidad explica la descripción que hizo Miguel Castillo a los alumnos, en la cual habla sobre la Estación Espacial Internacional como una barra de metal, en este caso aluminio, que mide 100 metros de largo, el largo aproximado de un estadio de futbol, que tiene montados los módulos de habitación y de generación de electricidad que se requiere para que vuele alrededor de la Tierra.
“Resulta que hace años, la NASA con sus satélites, detectó que nuestro sol empezó a incrementar su producción de radiación solar; el Sol emite lo que se llama destellos solares o vientos solares, que cuando se dirigen hacia la Tierra, ionizan la atmósfera y crean partículas libres de electricidad alrededor de ella”.
- Te recomendamos ¡Orgullo lagunero! Joven trabaja con energía nuclear en China Aula
Esas partículas, agregó, están suspendidas en las atmósferas del planeta y la Estación Espacial Internacional le da la vuelta a la Tierra justamente pasando por estas nubes de electrones que están flotando. A partir de ello, la estación espacial comienza a cargarse de electricidad y con la alta producción de radiación solar, la carga de la Estación sobrepasó los límites de diseño de la misma.
“A mí se me dio la tarea de, al traje espacial, ponerle o inventarle una forma de prevenir que esa electricidad que se encuentra en la estación espacial, brincara de la estructura al traje espacial. Mis jefes me pidieron que inventara lo inimaginable […] me pidieron salvaguardar la vida de los astronautas”, relató con visible emoción.
Miguel Castillo pidió a los jóvenes pensar en sí mismos como profesionales que pueden brillar e inspirar, los invitó a imaginar lo que significa poner su conocimiento al servicio de los demás. “Imagínense que ustedes tienen, en su capacidad, el secreto para cambiar la vida de muchas personas, no hay cosa más honorable, que el poner nuestro conocimiento al servicio de los demás para mejorar la vida”, dijo.
Además, les aconsejó que trabajen en conquistar sus sueños y seguir preparándose tanto académicamente como en experiencia, para que puedan realizar grandes proyectos, poniendo atención a los temas que aprendan en la universidad, porque asegura, “hoy en día en mi trabajo yo utilizó el 100% de mi educación del colegio, de la universidad y más”.