Se cree que el concepto de hijo único está asociado con la extrema protección, sin embargo, esto no es así. Las investigaciones llegan a asegurar que un niño que es hijo único posee más cualidades que defectos, según explica Celeste Guadalupe Caldera Sánchez, psicóloga educativa.
"Antes el hijo único tenía fama de creerse el centro del universo, de ser egoísta, malcriado y rebelde. Hoy en día se aprecia el lado positivo de la situación. Se considera al hijo como una persona normal y su desarrollo dependerá de los padres".
Celeste dice, que existen estudios que afirman que los hijos únicos no son tan diferentes de aquellos que tienen hermanos. Las características y el desarrollo del hijo no tienen que ver con que sea único o con que tenga hermanos, esto sólo dependerá del estilo y modo de crianza que los padres empleen, así como de los valores que promuevan. Todo dependerá de la organización y estructura familiar.
Caldera Sánchez quien también es terapeuta de Familia y de pareja comparte algunos aspectos positivos y negativos de ser hijos únicos. Dentro lo positivo es que la familia tiene menos gastos, es posible ocuparse mejor del hijo, darle más oportunidades y facilidades en la vida, la mayoría del tiempo tiene la atención plena de los padres o cuidadores, suelen desarrollar más autonomía y el aburrimiento puede generar grandes dosis de creatividad.
"Por lo regular, estos niños encuentran hermanos sustitutos que los acompañan en su proceso de socialización en amigos, vecinos, primos o compañeros. Y tienen un sentido de lealtad muy arraigado", recalca.
Celeste refiere que muchas veces al no tener hermanos todas las expectativas y las exigencias familiares estarán puestas sobre él o ella, siendo esto un aspecto negativo. "Tal vez sea por eso que algunos estudios señalan que un hijo único crece con ideas de vencedor, debido a que sus padres proyectan en él sus propias ilusiones y siempre le exigen dar lo mejor de sí mismo".
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Además de que suelen tener dificultades para compartir su mundo interior, se sienten más cómodos trabajando individualmente, a algunos les cuesta compartir sus pertenencias y pueden tener la sensación permanente de soledad.
"Los hijos únicos suelen ser los compañeros de sus padres, en algunas ocasiones se convierten en un adulto más a corta edad, por lo que la atención va dirigida especialmente a ellos pero luego se puede volver asfixiante. Además suelen ser más controladores, ya que son ellos los que mandan en todo momento en los juegos o en sus juguetes, y les cuesta más aceptar las normas impuestas por los demás", afirmó.
Finalmente Celeste Caldera señala que hoy en día muchas parejas están optando por tener un solo hijo. "No es bueno ni malo en todo hay matices. Más bien, se trata de una planificación familiar y tomar en cuenta que si se es hijo único o no puede tener un desarrollo normal, todo dependerá de la familia pues son las bases del cuidado, amor y forjar la personalidad".