Universitarios perfectos, utopía frustrante

La constante búsqueda de la perfección se traduce en jóvenes estudiantes estresados, insatisfechos y alejados tanto de sus propias aspiraciones como de sus metas.

Los universitarios podrían estar aspirando a conseguir objetivos inalcanzables, incluso sin darse cuenta. (Freepik)
Sofía Gamón
Torreón, Coahuila /

Es fácil decir que nadie es perfecto, pero, ¿llevarlo a la práctica? ahí es donde radica el problema. Para empezar, se tendría que partir del punto de qué es la perfección. Según la Real Academia Española, lo perfecto es aquello que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto.

En un estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología, se determinó que los actuales estudiantes universitarios incrementaron su búsqueda de la perfección, a comparación de los alumnos de los años 80.

Recabando información de más de 41,000 universitarios de Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña desde 1989 a 2016, determinaron tres tipos de perfeccionismo: self-oriented, un irracional deseo de ser perfecto; socially prescribed, percibir excesivas expectativas de los demás; y other oriented, poner estándares surreales en los otros. En cada uno de ellos, el incremento fue significativo.

Para Thomas Curran, autor principal del estudio y doctor en la Universidad de Bath, la insaciable búsqueda de la perfección en los jóvenes genera incremento en la insatisfacción, aislamiento social y comparaciones con sus compañeros.

Descanso de lo extraordinario

Aspirar al grado máximo de una cualidad es una práctica que cada día toma mayor fuerza. Jeroen van Baar, científico independiente con un doctorado en Neurociencia Cognitiva, lo explica en una conferencia que ofreció en 2015.

Parece que se ha convertido en extremo importante hacer excepcionalmente bien todas las facetas de nuestras vidas, educación, trabajo, vida social, viajes, relaciones, para después ponerlo en Facebook. Es justamente eso lo que hace tan difícil que nos sintamos felices con lo que realmente tenemos”, dice el científico.

No significa perder motivación sino aceptar que no todo lo que se haga debe ser excepcional. Justo como afirma van Baar, aceptar que se cometen errores y no aspirar a que cada decisión o situación sea perfecta, provocará que las personas no estén insatisfechas con sus vidas. Sin embargo, ¿en realidad es tan simple?

Metas inalcanzables

Para Omar Ortega Herrera, psicoterapeuta lagunero de jóvenes y con maestría en Desarrollo Humano, la perfección es una ilusión que el universitario sin darse cuenta puede estar buscando y al no conseguirla, la frustración toca la puerta.

“Los objetivos no son malos, sin embargo, cuando son impuestos por agentes externos y no salen de adentro, se puede generar la búsqueda de lo que debe de ser y al no alcanzarse, la frustración y el estrés se hace presente”, explica Ortega Herrera, quien también es fundador de Motus, una red de apoyo de jóvenes que buscan promover la salud mental y prevenir el suicidio.

De igual manera, comenta que la ilusión de la perfección llega a estar representada en personas o en objetivos familiares, sociales o personales. Serán dichos agentes externos los que falsamente motivarán al universitario a alcanzar la utopía de lo perfecto por el temor a equivocarse o no parecerse a sus semejantes.

Omar Ortega Herrera, psicoterapeuta. (Cortesía)

Para el lagunero, presidente del Consejo Juvenil Visión Metrópoli, la fusión entre la búsqueda de la perfección y el vivir en la inmediatez no es el mejor dúo, ya que, los universitarios no están exentos de verse envueltos en el ritmo acelerado con el que el mundo se mueve, en el cual, incluso sus logros los quieren alcanzar en un pestañeo.

“Quieren salir rápido, enamorarse rápido, encontrar un lugar donde encuentren su propósito rápido, ser reconocidos rápido, y estas cuestiones no suceden rápido, ¿resultado? más frustración y más estrés”, dice el psicoterapeuta.

Si bien la presión social (y virtual) seguirá ocurriendo, no todo está perdido. Para comenzar a transitar el camino de la no-perfección, Herrera recomienda que sean los propios universitarios quienes busquen dentro de sí sus objetivos, tracen un plan y se fortalezcan con la compañía de alguien en quien confíen.

¿Cómo aconsejar a los universitarios para que entiendan que su camino no debe ser perfecto ni parecido al de alguien más? El psicoterapeuta lagunero lo tiene claro: primero, preguntarles si quieren ser como todos los demás o como ellos mismos, “y lo que sea que quieras, ¿para qué lo quieres? Creo que de ahí ellos mismos pueden sacar sus propias decisiones”.

Querer ser perfectos

Más de 41,000 estudiantes en la actualidad incrementaron su búsqueda de la perfección, a diferencia de los alumnos de los años 80.

LAS MÁS VISTAS