La celebración de Año Nuevo trae consigo reflexiones sobre nuestra vida y relación con los demás. Por ello es que en muchas ocasiones se hacen propósitos para mejorar aspectos propios o relaciones. Estos también se pueden hacer en conjunto con las personas que más amas para mejorar el vínculo que tienes con ellas, como lo es con la familia, pero para ello deben estar de acuerdo todos en crecer en este sentido y cuidarse personalmente en el camino.
Cecilia Ibarra Compian, psicóloga con enfoque en hipnosis y terapia breve, comenta que, primeramente, hay que entender lo que implica un propósito. Señala que esto se refiere a metas pequeñas y alcanzables, en los que se puedan tomar pasos firmes para hacerlos y sobretodo formar un plan para irlo cumpliendo poco a poco.
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En el caso de generar objetivos para llevar a cabo con la familia, recalca que es importante que todas las personas estén de acuerdo con ello, pero hay objetivos que ayudarán a que todos los involucrados en ese círculo puedan llevarse mejor, como aprender a perdonar, dejar ir y, muy importante, mejorar el comportamiento propio que puede hacer daño a los seres queridos.
“La mejor manera de ver que esos propósitos de Año Nuevo, sobre todo los de la familia, van cumpliéndose es cuando empezamos a ver esos cambios cada vez más cercanos, cumpliendo metas pequeñas para llegar el objetivo principal, que en este caso, es incorporar prácticas de convivencia sana con todos los involucrados.
A pesar de que señala que mejorar la relación entre los padres y hermanos es importante porque son las personas que nos han acompañado desde pequeños y han estado ahí para nosotros, también los límites dentro de la misma son primordiales. “Así como es importante aprender a tener una mejor relación, también el decir basta, pues no porque sean familia debemos tolerar maltratos ni abusos, ofensas o humillaciones”.
Para concluir, indica que si bien estas fechas son un gran pretexto para iniciar cambios en nuestras vidas y relaciones, es posible empezar siempre en el momento que se tengan las ganas de hacerlo, alineando estos propósitos con los planes de vida, con un deseo más profundo de lo que queremos lograr y ser en la vida.
“También es importante recordar que, no importa cuánto deseemos esa meta, si nos está lastimando cumplirla o daña nuestra salud mental, podemos dejarla de lado y recuperarnos a nosotros mismos”.