El que los hijos sean capaces de enfrentar sus propios desafíos queda de lado cuando se es un "padre helicóptero", término que se aplica a quienes sobrevuelan sobre lo que hacen los hijos impidiendo un desarrollo emocional sano.
Mayra Guadalupe Salazar Castro, maestra en Orientación Psicológica, explica, "los padres helicóptero son aquellos que están sobre sus hijos o infantes de manera sobreprotectora, es decir, sobrevolando todo lo que hacen, las conductas que tienen, las emociones que presentan, pero no realmente para ayudarlo o acompañarlos en la detección y expresión de emoción, sino para decirles cómo ser, qué hacer y qué no hacer".
Recalca que su deseo no es lastimarlos, por el contrario, quieren que no sufran y sean exitosos, así que si tienen algún problema o cualquier obstáculo van a salir a defender a los niños, "no dejan que ellos mismos aprendan a enfrentarse a los problemas del mundo y del día al día.
Ellos salen y quieren controlar todo, su agenda, hobbies, las clases extracurriculares, con quien se junta, con quien no, todo lo empiezan a controlar desde una manera de sobreprotección y angustia".
Al desarrollarse esta situación trae un impacto emocional ya que psicológicamente son personas inseguras, con poca tolerancia a la frustración, que pueden reaccionar agresivamente a un no, o algo que se le complique, son personas inestables porque no están acostumbradas a enfrentarse a las cosas. Tienen más vulnerabilidad a trastornos de la personalidad, ansiedad y depresión.
Cuándo inicia la sobreprotección
Salazar Castro manifiesta que esta situación se empieza a presentar probablemente desde que nacen, estos papás tienen demasiada angustia, no confían en el hijo, en que ellos puedan defenderse o puedan resolver un problema.
Afirma que un padre sobreprotector en la infancia, continuará siéndolo durante la adolescencia y al ingresar a la universidad, convirtiéndose en una persona codependiente de sus papás. Un chico que no tiene confianza en sí mismo no podrá enfrentar los problemas, acudirá a los papás para que se lo resuelvan.
La experta recalca que estos jóvenes son más vulnerables a tener depresión y codependencia en sus relaciones. "Será una persona ansiosa porque no confía en él y en el mundo en el que está. Hoy en día vivimos situaciones complicadas como la pandemia, la inseguridad, pero aun así, es un mundo habitable, sí se deben tener precauciones, pero estos padres enseñan que todo es malo y sobre protegen, no confían en las habilidades de los hijos porque no les dieron posibilidad".
Mayra Salazar dice que actualmente es muy común ver estas situaciones, "me impresiona escuchar que los llevan a actividades de baile, futbol, y usan palabras como ´tenemos un torneo´, ´mi hija y yo fuimos y ganamos tal cosa´ y no es así, fueron los niños quienes lo hicieron. Los padres detienen su vida por hacer la vida de los hijos, no toman en cuenta los gustos y lo que los niños o adolescentes realmente desean, es más común ahora por la pandemia que desató la ansiedad e hizo crecer ese deseo de querer cuidar a los hijos".
La sobreprotección es también un abuso, como la negligencia, "porque los limitamos, privamos y aislamos de sus experiencias, de su desarrollo, aprendizaje, de que él aprenda de sus errores, porque de eso aprendemos todos, los aísla de cierta frustración y se les enseña un mundo que no existe, a la hora que sean adultos se van a frustrar".
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Finalmente dice que si como papás se dan cuenta que están dejando su vida para vivir la de sus hijos, es momento de ir a terapia para tratar la ansiedad y el miedo, porque el niño vino a su vida a aprender, los papás son guías en el desarrollo para que sean independientes, autónomos y confiados en sí mismos.