Estudiantes viven ciclos sin cerrar

En Torreón, terapeutas atienden adultos jóvenes y adolescentes que presentan crisis de ansiedad y episodios de depresión.

El estudiante que termina ciclos estudiantiles pasa por una etapa de estrés al sentir que no encuentra su lugar. (Freepik)
Sofía Gamón
Torreón, Coahuila /

El confinamiento producto de la pandemia por SARS-CoV-2 cambió el ritmo de vida. Desde marzo, las indicaciones fueron permanecer en casa el mayor tiempo posible, cerrando escuelas, centros recreativos y puestos de trabajo. Estudiantes tuvieron que adecuarse al nuevo escenario mundial e, incluso, cerrar ciclos de vida estudiantil de una manera virtual.

Abigail Mendoza Herrera, terapeuta familiar y tanatóloga, explica que incluso si se llegara a creer que las generaciones más jóvenes podrían afrontar con más herramientas la crisis sanitaria debido a que el uso de la tecnología está presente en su día a día, el desajuste por el confinamiento afecta en demasía, sobre todo, porque hay muchos ciclos que no se cierran correctamente, lo que sí provoca estrés en los jóvenes.

“Lo que estoy trabajando mucho es la recepción de mucho paciente adulto joven y adolescente que trae crisis de ansiedad en conjunto con depresión”.

Comenta que el ser humano es social por naturaleza, por lo que, por mucha tecnología y conectividad que exista, el no tener un contacto físico, social y afectivo puede llegar a generar estados alterados de las emociones, por la sensación de pérdida que se puede hacer presente: el cambio en la rutina escolar y laboral, la variación de los ingresos familiares, el no poder realizar las actividades físicas o académicas que cotidianamente se hacían.

“Muchas personas no tienen las herramientas para adaptarse al cambio, somos poco resistentes o no queremos”, explica.

Ciclos sin cerrar

Si bien una de las ventajas que la terapeuta plantea es que en cuanto a contenido académico, el tener que tomar las clases en línea provocó que hubiera una capacitación en cuanto a tecnología y técnicas informativas virtuales, el estudiante que termina ciclos estudiantiles, -como comenzar la universidad o ser egresado-, pasa por una etapa de estrés al sentir que no encuentra su lugar.

Sobre todo, en los estudiantes que se gradúan para ingresar a la vida laboral, el problema se intensifica, debido a que son ciclos de vida que no se cerraron, siendo la población que más está acudiendo a consulta.

“De pronto hay mucha inseguridad en el egresado de que hoy en día ya es licenciado, ya le toca generar ingresos y resulta que ante la pandemia mundial no hay trabajo, no hay centros que le otorguen la oportunidad de desarrollar conocimientos prácticos, entonces entran como en desesperación, como en crisis, y esto está generando depresión”.
Abigail Mendoza, terapeuta familiar y tanatóloga. (Cortesía)

Mendoza comparte una serie de focos rojos que le permitirán al padre y madre de familia detectar si su hijo está sufriendo de ansiedad o episodios depresivos:

  • Checar horarios de sueño, si está durmiendo y cuánto tiempo.
  • Estar al pendiente de su temperamento, si presenta irritabilidad, poca tolerancia, cambios de humor volátiles o pierda el sentido común de las cosas, es decir, que maximice situaciones cotidianas.
  • Contacto social: el aislarse, dejar de socializar o no pedir ayuda son focos rojos que se deben atender.
  • Pérdida del interés, no querer realizar sus actividades, no querer bañarse o comer.

Además, es importante que el mismo estudiante ponga en prácticas las herramientas sociales con las que cuenta. Si el nivel de ansiedad es alto, buscar hacer actividades al aire libre, por ejemplo, donde haya poca gente y tomando medidas de seguridad pertinentes, así como utilizar las herramientas de las redes sociales que le permita estar en contacto con sus familiares o amigos.

La terapeuta reitera la importancia que tiene el núcleo familiar en el apoyo al estudiante universitario, el cual está viviendo un cierre de ciclo que por sí solo genera ansiedad y dudas, pero que ahora por la pandemia éstas se acrecientan al no haber podido vivir la culminación de sus estudios de manera presencial o tener incertidumbre ante la oferta laboral. “Muy importante como padres de familia estemos al pendiente. Un amigo no va ayudar a nuestros hijos estudiantes o profesionistas como lo ayudaríamos su núcleo familiar, hermanos, primos”, finaliza.

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