Desde temprana edad, el trabajar la educación integral contribuye de forma sólida en el desarrollo del niño. Es a través de la metodología Montessori que se lleva a los pequeños a la construcción de sus propias emociones, se trabaja la fuerza de voluntad, se les enseña a reconocer la frustración, así como aquello que sienten y en ocasiones no pueden entender .
Silvia Lucía Ramírez Ortega, directora académica en el Colegio Montessori Colibrí, explica que los materiales que se utilizan para su educación, tienen un propósito y ayudan en la construcción de los niños en su seguridad, propia habilidad en reconocer su capacidad, "esto es significativo porque va generando autoestima y autoconcepto del ser, el sentirse valioso, marcar el respeto y los límites en la convivencia".
Por su parte Claudia Córdova Estrada, asesora del colegio menciona que hay diferentes etapas en comunidad Montessori, "en lo que respecta con nosotros contamos con comunidad infantil y casa de los niños que van desde los 2 años hasta los 5 años, aquí desde pequeños ellos tienen libertad de aprendizaje, es decir, aprenden a su ritmo, eligen con qué trabajar y lo que desean aprender en el día, aprenden conceptos, adquieren más vocabulario para reconocer sus propias emociones y saber expresar de una manera asertiva, mientras que la función del adulto es importante para poder dar la libertad con respeto y acompañar de una forma amoroso y positiva".
Menciona que en los niños se presentan situaciones de conflicto, sobre todo cuando empiezan a vivir el desapego, por lo que en esta etapa se debe de trabajar para que ellos reconozcan lo que sienten y que el otro lo escuche.
"En el desarrollo de esa escucha podemos entrar en la empatía de cómo se siente el otro y ser comprensivos. Es un aprendizaje continuo, el darles la libertad siempre con un acompañamiento para que el adulto trate de no intervenir para no romper con la elección que está teniendo el pequeño y desarrollando una capacidad de seguridad", recalcó miss Lucy.
Menciona que en esa independencia que se quiere que el niño logre, también viene la autonomía, la decisión de sus acciones y cuando empieza a ser más consciente se detiene y, esto habla que tiene inteligencia emocional al reconocer las emociones propias.
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Para Claudia, el acompañamiento y la empatía son importantes, "hoy vemos situaciones que viven desde corta edad los niños como es ansiedad y depresión, la mayoría de las familias durante la pandemia vivieron pérdidas, y al niño a veces lo queremos tratar como un adultos, pero hay que dejarlo que sea libre de aprender, sobre todo de jugar y ser feliz, guiarlos de la manera más amorosa".
Finalmente miss Lucy dice que hay que aceptar los periodos de los niños, es decir, que cada niño como ser individual y único tiene sus capacidades y habilidades y se van a desarrollar en su proceso y como adultos hay que acompañarlos de una manera respetuosa el tiempo de crecimiento. "Es muy importante que los niños vivan su primera infancia, validar las emociones del niño ya que eso lo hará más fuerte en su autoestima y más capaz de ver el mundo de una manera diferente y como papás se puede tener miedo porque siempre se quiere lo mejor para los hijos, por lo que hay que guiarlos", concluyó.