Con el título, "Tecnología en la educación: ¿Una herramienta en los términos de quién?", el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de 2023 se presentó en un evento en Montevideo, Uruguay, organizado por la UNESCO, el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay y la Fundación Ceibal con la participación de 18 ministros de educación de todo el mundo.
En este evento se proponen cuatro cuestiones sobre las que los encargados de la formulación de políticas y aquellas interesadas en la educación deberían reflexionar a medida que se despliega la tecnología en la enseñanza: adecuación, equidad, amplia y sostenible, las cuales debe atender.
En el caso del primer punto, señalan en un informe que el uso de la tecnología puede mejorar ciertas formas e aprendizaje, pero éstos desaparecen si la tecnología se utiliza en exceso o en ausencia de un docente calificado. Los teléfonos inteligentes en las escuelas también han demostrado ser una distracción del aprendizaje.
Por ello, es que se concluye con enseñar a las infancias a vivir tanto con la tecnología como sin ella; a tomar lo que necesiten, pero a ignorar lo que no es necesario. En cuanto a la equidad, enfatiza que, durante la pandemia de covid-19, la transición hacia el aprendizaje en línea dejó fuera al menos a 500 millones de estudiantes en todo el mundo.
El informe subraya que el derecho a la educación es cada vez más sinónimo de derecho a una conectividad significativa, por lo que el documento pide que todos los países establezcan puntos de referencia para la conexión de las escuelas a internet de aquí a 2030 y para que la atención se siga centrando en los más marginados.
Para ello, se necesita que se amplíe su uso a todos los lugares, requiriéndose evidencia fiable, rigurosa e imparcial sobre el valor añadido de la tecnología en el aprendizaje. Indican que muchos países ignoran los costos a largo plazo de las adquisiciones de tecnología y el mercado de EdTech se está expandiendo mientras las necesidades básicas de educación siguen sin satisfacerse.
En cuanto a la sostenibilidad, comenta que el ritmo de la evolución de la tecnología obliga a los sistemas de educación a adaptarse, haciendo de la alfabetización digital y el pensamiento crítico cada vez más importantes, sobre todo dado el crecimiento de la Inteligencia Artificial (IA) generativa.
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Datos adicionales adjuntos al informe indican que este movimiento de adaptación ya ha iniciado: el 54% de los países encuestados han definido las competencias que quieren desarrollar para el futuro. Pero sólo 11 de los 51 gobiernos encuestados tienen currículos sobre la IA.
Además, el personal docente también necesita una formación adecuada, aunque solo la mitad de los países cuentan actualmente con normas para desarrollar sus competencias en tecnologías de la información y la comunicación
La sostenibilidad también requiere una mayor garantía de los derechos de los usuarios de la tecnología. En la actualidad, sólo el 16% de los países garantizan por ley la privacidad de los datos en la educación. Según un análisis, el 89% de los 163 productos tecnológicos educativos pueden sondear a los niños.