“Bienvenidos al paraíso de los Diablos Rojos del México”, fueron las palabras con las que Alfredo Harp Helú abrió las puertas del Nuevo Infierno.
“Fue uno de mis sueños construir este estadio”, continuó, “pero se los debo, así que quiero que todos estemos muy felices; lo tenemos que disfrutar”, dijo Harp para ganarse el aplauso de la tribuna, y antes de despedirse agradeció, entre otros, a las más de 9 mil personas que participaron en la construcción y al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por el apoyo recibido.
Por su parte, AMLO respondió indicando que es a Haro a quien debe agradecerse no solo por este estadio, sino por el gran apoyo que ha dado al beisbol, el cual “es más que un deporte”, apuntó, “es una pasión”.
Terminado el protocolo, llegó la hora del Rey.
Con un lanzamiento que nunca tocó la mascota del catcher, Armando Araiza, el serpentiero Arturo López dio inicio a la vida activa del estadio Alfredo Harp Helú, y sólo centésimas de segundo después, Xavier Edwards, el leadoffy segunda base de los Padres, conectó el primer imparable en el flamante estadio.
Un gran entusiasmo se vivía y miles de celulares guardaron el instante desde distintos ángulos, porque ahora sí, después de muchos años de espera, los pingos finalmente tienen un nuevo hogar y éste es espectacular.
Un inicio de fuego para un Diamante de fuego.
Los lanzadores, sin embargo, casi mantuvieron las roscas durante el primer tercio del partido, pero en el cierre de la tercera, un elevado de sacrificio de Carlos Figueroa trajo, en los spikes del receptor Armando Araiza, la carrera de la quiniela; la primera no solo del encuentro, sino del Diamante de la colonia Granjas.
De esa manera, los Diablos tomaron la ventaja, pero el gusto les duraría muy poco.
En la apertura del cuarto capítulo, con un ataque de cuatro carreras coronado con un palo de cuatro esquinas de Michael Gettys, obviamente el primero en el EAHH, los Padres tomaron la ventaja. Y ya no volverían a dejarla.
Otro racimo de cuatro en la sexta, éste apuntalado con un bambinazo de Blake Hunt, los frailes se fueron arriba 8-1. Y por si eso no fuera suficiente, un inning después, en la apertura de la fatídica, los Padres anotaron tres más, en esta ocasión con la ayuda de un cuadrangular de Jack Suwinski.
En la octava entrada, un individuo se metió al terreno de juego mientras bateaban los Diablos. Al dar vuelta en tercera fue tecleado y retirado por los elementos de seguridad y el juego continuó normalmente.
En la novena, San Diego volvió a maltratar a la serpentina escarlata, pero esta vez no lograron llegar a la registradora y dejaron hombres varados en las almohadillas, por lo que los pingos tomarían su último turno 10 carreras abajo, pero un problema con la iluminación del estadio lo impidió por más de 25 minutos y ello casi hizo que no se llevará a cabo.
Pero el béisbol necesita 27 outs para terminar, y por ello los Diablos saltaron al terreno para completar sus últimos tres outs de vida a las 23:22. Pero aunque Emmanuel Ávila conectó un buen palo, éste fue justo a las manos del jardinero izquierdo; a Eduardo Revilla sólo conectó un machucón al pitcher para poner todo a un out del final. Pero los Diablos no saben rendirse y CarlosFigueroa se embasó con imparable y José Carlos Ureña tomó su turno, lo emuló y puso hombres en las esquinas, Rigoberto Terrazas hizo lo propio y empujó la segunda rayita escarlata, pero Carlos Díaz terminó con la esperanza y el juego.
Sí bien ni Japhet Amador, David Vidal o Jorge Cantú lograron encontrar los lanzamientos de los brazos californianos, éste es solo un encuentro y la Pandilla Escarlata tendrá muchas oportunidades más para resarcir la pólvora mojada que mostraron este sábado.
Este sábado se vivió una fiesta y los Diablos fueron los protagonistas, sin embargo, y como no todo puede ser perfecto, los escarlata no pudieron terminar con el brazo en alto y se llevaron una paliza en su primer duelo en su nueva casa.