Mazal Tov y el arte de casarse en Israel

Chilango-Tel Aviv

Isaac Fainsod Charbit

Novia antes de la ceremonia nupcial. (Archivo)
Isaac Fainsod Charbit
Tel Aviv, Israel /

¡Hola! ¡Qué año pasó! ¿no? Por suerte estoy listo para retomar el blog después de un mes y te pido una disculpa por la tardanza, pero las vivencias de este mexicano en Israel han tenido muchas sorpresas como una cuarentena sin salir de casa un mes, pero no tantas novedades en la vida.

Como recordarás, el blog busca contar parte de lo que vivo como mexicano en Israel y por lo general he tirado una tendencia de ver las cosas desde una perspectiva positiva estando en Israel y mostrando la parte cultural con sus diferencias principales que podrían existir entre ambas sociedades. Pero en esta ocasión, tocaré un tema que México supera por mucho a Israel y es la manera de celebrar una boda.


Cuando me comprometí con mi esposa hace algunos años, imaginé que las cosas serían más sencillas (y no solo me refiero al matrimonio) sino también en todo lo que eso conlleva detrás a la organización de un evento así, empezando con la lucha para conseguir salón o jardín de eventos para festejar la boda.

¿A qué se debe esto? En Israel las bodas de realizan de domingo a jueves y viernes por la mañana. Sí, leíste bien. Las bodas son entre semana (aquí se trabaja de domingo a jueves) y se celebran entre las 7 de la tarde a máximo 1 de la mañana. La gran mayoría terminan antes porque todo el mundo trabaja al otro día. Así que, si hacemos cuentas rápidas, entre que llega la gente a la boda, se hace la ceremonia, se cena y se baila, el tiempo efectivo de fiesta puede ser cuatro horas.

Esto genera que la gente busque casarse el jueves, teniendo en mira que su boda pueda tener una mayor duración al ser el viernes un día no laboral. Asimismo, las parejas que deciden casarse un viernes como fue mi caso, verán su boda cortada por la entrada del shabat (día religioso de descanso que comienza en la tarde del viernes y termina el sábado en la noche).

Puedes estar a la mitad de la fiesta, pero apenas cae la tarde los meseros comienzan a levantar las mesas y la música se corta repentinamente por el DJ aunque la fiesta esté en su mejor momento. Esto sucede porque si la fiesta continua el salón se puede llevar una multa muy grande por romper el shabat. Es aquí cuando la religión interviene y no es como en México que es un estado laico.

Otro punto para considerar es la lista de invitados. En México, gran parte de los invitados no tienen/no llevan regalo de boda o regalan algún electrodoméstico o algo de la lista de los novios y a pesar de que el costo de la boda aumente por la cantidad de invitados, el evento tiene que ser exitoso socialmente.

En Israel no se da regalo material, pero hay una ley no escrita que si asistes a la boda a fuerza tiene que dar dinero y de acuerdo con la amistad y cercanía que tengas con la persona es la suma que estará escrita en el cheque que se les dará a los novios . Esto genera que mucha gente invite a personas que nada que ver con la boda con el fin de generar más ganancia y realizar una boda más grande. Me ha ocurrido muchas veces que gente del trabajo que casi no tengo relación con ellos, me invitan a su boda y solo pienso ¿por qué a mí?


Ya sé… no me pongas esa cara de que estoy de pesado, pero en verdad aquí de las peores sensaciones que uno puede experimentar es ser invitado sin realmente serlo y únicamente con el fin de dar un cheque. Ahora seguro te preguntarás "¿por qué no pones una cantidad pequeña y con eso basta…?" Pues no, porque existe un tabulador que de acuerdo con la cercanía que tengas con los novios es la cantidad correcta que le tienes que poner en el cheque, (la cantidad mínima es alrededor de 70 dólares) en la gran mayoría de ocasiones si no lo haces es super mal visto e incluso se puede llegar a saber. Si quieres conocer el tabulador haz click aquí.

Siempre queda la estrategia de no ir, pero eso dependerá de la relación e importancia social que tenga esa boda dentro de tu círculo laboral, por ejemplo. Así que queda en uno ser el antisocial de la oficina y pagar la multa de boda o ir e intentar pasarla lo mejor posible. Es importante remarcar que apenas llegas al lugar de la boda, en la entrada donde te informan cuál es tu mesa, encontrarás una fila a la caja fuerte donde tendrás que depositar tu cheque. Incluso hay novios que contratan un guardia para cuidar la caja fuerte.

Otra curiosidad que existe en las bodas es que las novias no tienen su propio vestido de novias, sino que la gran mayoría lo renta por unos días y solo le hacen unos ajustes con su modista. Esto genera que muchas novias puedan coincidir con el mismo vestido con solo unos pequeños detalles cambiados. ¿Te imaginas la cara que pondrían las futuras novias en México si vieran el mismo vestido en otra persona? Sí, es raro.

Sin duda, lo que más extraño de las bodas de México es el ambiente, ya que aquí la gran mayoría ponen música mediterránea de aplausos y gritos que a mi parecer se me hace pegadiza pero horrible para bailar mucho tiempo o música en inglés de la década pasada. En cambio, en México hay una mezcolanza de música que pasa por pop, salsa, ranchera y terminando con un Luis Miguel o Timbiriche. Ni se diga que aquí no existe la onda de los disfraces en la pista dando gusto a todo mundo.

En fin, mi boda fue un éxito (me casé en 2014) que tuvo que ser detenida antes de tiempo. No puedo negar que lo disfruté mucho y que estuve acompañado de toda la gente que quería, pero sin duda me faltó esa parte de intensidad festiva de México que solo nosotros sabemos hacer… pero lo que más me hizo falta fue ver al mariachi entrando al final de la boda acompañando de unos ricos chilaquiles.