Tábano: experiencia sensorial a 360 grados.
¿A qué límites, exactamente, se refieren con esta descripción de la obra: “Experiencia sensorial que cuestiona los límites sociales impuestos y que reproducimos”?
Los límites que tienen que ver con tu cuerpo y tu sexualidad como mujer. Está muy enfocada, precisamente, en romper esas barreras que nos han impuesto socialmente sobre cómo podemos utilizar nuestro cuerpo, cómo podemos explorarlo, con quién podemos explorarlo. Está muy denostado el hecho de que nosotras podamos ser mujeres sexuales o hipersexuales, pues siempre lleva connotaciones negativas. Lo que yo quería, simplemente, era explorar eso y decir: “Si eres una puta, dignifica tu putiferio, no hay nada de malo en eso”.
¿De dónde surge esa reflexión? Me refiero al momento en que lo piensas y decides abordarlo.
Es una reflexión que llevamos todas, toda la vida, pero más concretamente hace un año, cuando empecé a escribir este monólogo. La idea me rondaba más, no tanto por lo que está ocurriendo con el tema de la feminidad, de hecho no hemos querido enfocar el tema de la comunicación en ello porque me parece que sería un tema que generaría mucho rechazo; me gustaba utilizarlo más como punto de inicio de una conversación para hablar del cuerpo y de la sexualidad. Esto lo llevamos siempre.
Tábano tiene como herramienta de representación el shibari, la técnica japonesa de ataduras eróticas. ¿Cómo hablar de estos límites a partir de un cuerpo atado?
Ahí está la meta: el shibari tiene una parte terapéutica y tiene una parte erótica y poética muy importante. Mientras estás siendo atado, a pesar de que la restricción es máxima, lo que tú sientes es una liberación absoluta porque te estás entregando a otra persona. Es un poco twist mental. Un monólogo mordaz, vulgar, grotesco, que aborde el tema de la sexualidad al tiempo que la mujer está siendo atada es justo ese contraste que yo quiero contar: que prejuiciamos todo lo que vemos, que el cuerpo de la mujer está objetivizado y que ella no está sufriendo, al contrario, ella está disfrutando y gozando.
Popularmente el concepto de libertad se entiende como algo externo y aquí se plantea desde el interior.
Totalmente; ella, al final, clama por un nuevo orden, un nuevo cuerpo, un nuevo mundo que la quiera y que la desee como ella quiere, pero es una revelación interna.
Explícame este otro fragmento con el que describen a Tábano: “Establece la multiplicidad de reflexión entre el cuerpo femenino y el ser infinito”.
La idea es: tú tienes tu cuerpo de mujer, yo lo que te voy a decir es que tu cuerpo es múltiple, tú eres hombre, tú eres mujer, tú eres trans, tú eres viejo, tú eres gordo, tú eres un montón de cosas, está en ti explorarlo. Por eso lo llamo “el ser infinito”. El cuerpo es una herramienta, el sexo es una herramienta, ¿para qué? Para conectar. Y al final de esto va el monólogo de conexión humana, de amor, es una celebración al cuerpo y es un grito de guerra al orden social. Yo puedo hacer con mi cuerpo lo que quiera, cuando me acuesto con hombres soy libre y quiero que la gente entienda eso, que use su cuerpo libre y sabiamente.
¿Cómo se desarrolla Tábano?
Es muy sensorial, por eso le llamamos “experiencia sensorial” y no obra de teatro, realmente es embaucarte y ser parte de. Con el shibari realmente se genera esta conexión entre el espectador, el sumiso y el rigger, se genera un nivel de tensión y de comunicación muy interesante. Eso es lo que yo quiero lograr con el público, por eso tampoco van a estar sentados en butacas, se van a poder mover 360 grados, van a poder ver el nudo desde donde quieran, ir, bajar, sentarse en el suelo o caminar libremente. Yo lo que quiero es que sientan eso que está ocurriendo.
¿Es mediante el monólogo que el espectador puede entender el objetivo de la obra o a través de la representación?
Si, es el texto. Quiero decir que a través de la imagen se van a sentir cautivados o incómodos, pero el mensaje que queremos dar va a ser a través de la obra y cada quién entenderá lo que quiera. Unos pensarán que qué morbo, que es una obra sórdida sobre sexo, otros entenderán la lucha por encontrar un espacio para la mujer distinto al que nos han dado.
¿Cómo pueden convivir las ataduras invisibles de los prejuicios con las ataduras físicas del shibari?
Para mí ahí está la grandeza de la puesta en escena, precisamente fusionar esos dos elementos que son tan contradictorios. La atadura debería ser algo que te restringe, que te limita y, sin embargo, el shibari es totalmente lo opuesto. No te quiero hacer un spoiler, pero (la puesta) termina en una suspensión. Esa suspensión es ese momento de ave fénix, de regenerarte, de renacer. Y es en esta gran atadura cuando el cuerpo de la mujer en el monólogo, textualmente y verbalmente, ya está en un nuevo cuerpo. La figura del hombre dentro de la obra es como ese tábano, es el elemento que va picándote y haciéndote daño, sin embargo te va llevando a otro lado. Entonces, el nudo a la mujer le va cosiendo nuevas identidades. Al atarla tiene momentos de quiebre y con el nudo la cosen, así hasta que llegamos al clímax. Es muy poético.
Tábano está dirigido para personas mayores de dieciocho años y se presentará los viernes, sábados y domingos a las 20:00 hrs, del 13 de julio al 5 de agosto en Calle Doctor Carmona y Valle No. 147, Colonia Doctores. Los boletos están disponibles vía Boletia.
Karina Vargas
@lula_walk