Un solo presidente, un solo diputado

En el tono del Tona

Una persona que hace leyes (o las aprueba) forzosamente debería estudiar Derecho. Carmelita Salinas será muy cotorra frente a las cámaras, pero está usurpando el lugar de alguien que debería estar legislando con discernimiento

(Karina Vargas)
Rafael Tonatiuh
CdMx /

“Las leyes son como las telas de araña: detienen a lo débil y ligero, y son deshechas por lo fuerte y poderoso”: Solón de Atenas.



No es fraude del INE

“No hagas cosas buenas que parezcan malas”, decía mi bisabuela. Quizás el Instituto Nacional Electoral no tenga la más remota intención de hacer un fraude electoral, pero su consejero presidente, Lorenzo CórdovaTatanka, trae escrito en la frente: “El próximo sexenio surgirá en Instituto Mexicano Electoral, para dejar atrás el cochinero del instituto anterior”.

Primero: Aceptar el registro ilegal de un par de payasos que no juntaron ni las tres firmas necesarias para lanzarse de independientes; segundo: hacer un desmadre con mil y una formas de votar, cuando tan fácil que era tachar el símbolo del partido con tu candidato, y ya (¿pretenderá fomentar equivocaciones y retrasos en el cómputo?); tercero: sus imprudentes declaraciones de que “espera lo peor”, pues a pesar de los ánimos encendidos, todo apunta a una elección normal, pacífica y tranquila. ¿Acaso le remuerde la conciencia por la posibilidad de reclamos por un resultado ilógico?


No es fraude de los partidos

Si algo caracteriza a las elecciones presidenciales y par legisladores 2018, es la traición.

El Peje, aunque encabeza las encuestas, defraudó a un montón de seguidores, aliándose con el derechoso Partido Encuentro Social y con la elección de algunos miembros de la peor calaña, propuestos por su gabinete.

ElTemo y Napito realmente no son tan malos, pero aguas con la Gordillo, pues no solo roba, sino que tiene un pasado más feroz. Quien hace picadillo de maestros, bien puede cocinar unas deliciosas empanadas de pejelarto.

El PRD traicionó a la izquierda y el PAN traicionó a la derecha.

Los perredistas agacharon la cabeza cuando Canayín los sometió a los mandatos retrógradas y ultraderechosos del Frente Nacional por la Familia. Vladimir Aguilar (secretario de Operación Política del Partido de la Revolución Democrática) dio por derrotada a Alejandra Barrales; obvio perdió la reputación, lo mismo que los chuchos, así como el gobierno de la CdMx. ¿Por qué el PRD y el gobierno chilango mandaron bomberos de acarreados a los mítines de la Barrales? (Mancera, por cierto, se fue sin hacer justicia sobre los golpeadores confesos que reventaron un mitin de Morena en Coyoacán ni aclaró qué pasó con el levantón del estudiante Marco Antonio Sánchez). 

Borrego sí come perro: el senador panista Ernesto Cordero demandó a Ricardo Anaya después de balconearse el video donde se revelan sus transas con los hermanitos Barreiro.

PAN y PRD. Dos partidos en plena decadencia que soñaron un frente que sumaría votos, pero que se agarraron a patadas por las pluris desde que se vieron. 

A Meade tampoco lo quieren los priistas, pero ellos son defraudadores por naturaleza, así que pasemos al fraude del que trata este texto.


El fraude de los legisladores

La labor de un diputado consiste el crear leyes. Un senador trabaja en aprobarlas. No construyen banquetas ni dan licencias de negocios ni regalan despensas en programas sociales. Su trabajo es legislar, nada más.

Cada diputado y cada senador nos cuesta a los contribuyentes muchísima lana, cuyo mantenimiento alcanzaría para la reconstrucción de sismo, por sus sueldazos (que no tienen ni los egresados de universidades) más los carrazos y equipamiento electrónico (y lo que sean capaces de robar). 

Una persona que hace leyes (o las aprueba) forzosamente debería estudiar Derecho. Carmelita Salinas será muy cotorra frente a las cámaras, pero está usurpando el lugar de alguien que debería estar legislando con discernimiento. No tiene sentido hacer votaciones para elegir legisladores. Bastaría con hacer una entrevista de trabajo y escoger al mejor (o a los cinco mejores). Además se ahorraría mucho en propaganda electoral, ya que no hay razón para votar por partidos, pues los diputados y senadores hacen leyes para todos, sin ideologías. Además, se deberían escoger cada diez años, pues las leyes de una constitución deberían durar más tiempo que la sala de una casa. 

Cuando ustedes voten, estarán tan preocupados por la elección del presidente, que no observarán que también estarán becando a un montón de huevones.

Me despido invitándoles a ver El cabaret de Anabel, espectáculo de las Reinas Chulas en el Teatro Bar el Vicio (Madrid 13, Coyoacán, CdMx). Dirección: Marisol Gasé y Ceci Sotres. Diviértete con Anabel Ferreira y sus personajes de televisión en cabaret: Chayo, la enfermera; Yadira, la diva; la Lagartija Karateca y Coralia. Última función sábado 30 de julio, 17 horas, cover de 400 pesos.