El tiempo que NO nos queda... tic tac, tic tac...

Se Puso Buena

Fer Aragon

¿En qué inviertes tu tiempo?
Fer Aragon
Buenos Aires, Argentina /

Los seres humanos estamos programados para no pensar en el tiempo que nos queda por vivir. Y así, vivimos en la ilusión de que tendremos tiempo para dedicarlo a las cosas importantes de nuestras vidas.

Y un día...te morís. Todo, absolutamente todo puede cambiar en un segundo. De pronto puede ocurrir un accidente, una enfermedad, una tragedia…la vida cambia en un abrir y cerrar de ojos.

¡No hay tiempo!

Todas las bendiciones que hoy tenemos se desvanecen en un segundo. Y lo sabemos, pero nos las ingeniamos para que no se vea reflejado en nuestro día a día.

No tenemos tiempo. Pero ¿Para qué lo quiero? ¿Para seguir corriendo atrás de esos juguetes y símbolos que nos dan status social y sensación de éxito? ¿Para acumular cosas materiales? ¿Para dedicárselo a gente que en el fondo no les interesas más allá del interés útil del momento? ¿Cuántas veces estamos más dispuestos a dedicarle tiempo a cuasi extraños que a los nuestros, para quedar bien? ¿Cuáles son tus ladrones de tiempo?

¿Para qué quiero tiempo? Me hice esta pregunta y me di cuenta de que hay tiempo, que sobra tiempo, que el problema no es el tiempo, el problema es ¿qué carajo estoy haciendo con mi tiempo?… y a pesar de eso, sigo postergando algunas cosas.

El tiempo es un enemigo del mundo de hoy. El tiempo vuela, no hay tiempo para nada, vivimos corriendo. Depende de tantos factores tener o no tiempo. Y nos decimos: “si tuviera tiempo lo haría”; “cuando tenga tiempo lo haré.

¡Genial! Perfecta razón para no hacer o sólo hacer lo que me dio el tiempo. Y por lo general, obviamente, no tenemos tiempo para las cosas más importantes, para las cosas que me incomodan, para arriesgar, para vivir. Y un día, te repito, estate atento, te morís…

Te propongo un ejercicio: toma papel y lápiz, dibuja un círculo y divide tu tiempo… ¡Dale! ¿Cuánto le dedicas al trabajo?, ¿Y cuánto pasas en el tráfico? ¿Qué tiempo te das para comer? ¿Para tu familia? ¿Para amar? ¿Para hacer el amor?... Mirá ese círculo y ve dónde está enfocado tu tiempo: ¿En lo que te hace feliz? Andá, subí la foto a los comentarios y comparte en qué inviertes tu tiempo.

¿Cuántas veces dejaste cosas sin hacer porque no tenías tiempo? ¿Cuántas veces justificaste tu falta de resultados en el tiempo? ¿Cómo puede ser que todos tengamos las mismas 24 horas y haya gente exitosa y que, encima, les sobran horas?

Ahora bien, ¿Qué es el tiempo? ¿Una realidad? ¿El reloj? ¿Una ilusión? ¿Un invento del ser humano? ¿Existe o no existe?… Aburridísimo, no me voy a meter en eso. Muchas teorías que honestamente superan mi entendimiento, es casi indescifrable.

Encima, Denise, mi mujer, el amor de mi vida, me habla del tema de que “no hay tiempo”, de la ley del desdoblamiento: en la que pasado, presente y futuro ocurren al mismo tiempo… je…no entiendo un carajo.

Pero más allá de entender o no, siento que el tiempo pasa cada vez más rápido. Creo que alguien aceleró el reloj y no nos avisó. Pasan los años como si fueran semanas. En este momento que escribo, ya pasé de largo los 50 años y siento que mis 20 o mis 30 fueron ayer.

Esa es la sensación, pasaron 20/30 años en días, en semanas ¡es increíble! Hoy ya tengo dos nietas hermosas, Jazmín y Helena, y ¡no lo puedo creer todavía! ¡no puedo ser abuelo! Aún me siento un pibe, como decimos en mi tierra, “me miro al espejo y no veo lo mismo” ¡Maldito espejo, anda mal!

Una cosa me queda clara: nos transformamos en esclavos del tiempo. Y el problema es que no lo podemos comprar ¡Uff! ¿Cuánto daría por volver el tiempo atrás?

Me acuerdo de Eckhart Tolle, en su libro El Poder del Ahora, una lectura que recomiendo, decía algo así como: “Y ¿si el tiempo no existe? ¿si es un invento humano?”, en ese caso lo único que existe es el ahora.

Él lo plantea desde nuestra identificación con nuestra mente, que produce un falso ser, el ego (ese pequeño argentino que todos llevamos dentro, esto no lo dice Tolle).

“Parece casi imposible dejar de identificarse con la mente. El tiempo y la mente son inseparables. Separe el tiempo de la mente y ésta se detendrá, a menos que escoja usarla. Estar identificado con su mente es estar atrapado en el tiempo: la compulsión de vivir casi exclusivamente a través de la memoria y la anticipación. Esto crea una preocupación interminable con el pasado y el futuro y una negativa a reconocer y honrar el momento presente y a permitir que sea”.
“El tiempo no es en absoluto precioso, porque es una ilusión. Lo que usted percibe como precioso no es el tiempo sino el único punto que está fuera del tiempo: el Ahora. Este es ciertamente precioso. Cuanto más se enfoque en el tiempo (pasado y futuro) más pierde el Ahora, lo más precioso que hay”, explica.

¡Genial! Lo valioso no es el tiempo, lo único valioso es el presente ¡Ahora! ¡Ya!

Entonces, cuantos más momentos de presente tenga, de conciencia con el ahora, sin engancharme en mi pasado ni estresarme por el futuro, mi tiempo va a ser más productivo, voy a estar más consciente, más posibilidades tengo de crear lo que me comprometa a crear.

Seguramente es un proceso, pero podemos estar conscientes de cómo el tiempo nos limita, o mejor dicho, dejamos que lo haga.

¿Será que no tengo tiempo o será que no sé administrar mi tiempo? ¿Será que no planifico mis días, que no sé bien a qué dedicar mi tiempo? ¿Será que no administro o no quiero administrar mi tiempo? Y así también, de alguna manera, justificar mis resultados poco satisfactorios.

El deporte favorito de la humanidad es postergar, una adicción que tenemos muchos, “esperar a tener tiempo”. Ahora bien, ¿De dónde viene eso de postergar y encima echarle la culpa al reloj?

“No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, linda frase, sólo eso, una linda frase. “Vivir cada día como si fuera el ultimo”, otra linda frase, hermosa ¿Alguna vez viviste un día desde esa postura? No te mientas. Vivimos aplazando iniciar nuestros grandes planes, porque “cuando tenga tiempo lo voy a hacer”.

Una gran pregunta podría ser: ¿Para qué tengo tiempo y para que no?, porque habitualmente nos quedamos sin tiempo para cosas personales o cosas que nos incomodan o lo que decimos que son las cosas importantes.

¿Cuántas veces nos quejamos porque no tenemos tiempo para las cosas más importantes de la vida?: Familia, hijos, pareja…pero quizás tendríamos que revisar si realmente es lo más importante. Quizás revisar a qué le dedicamos nuestra mayor cantidad de tiempo y ahí puede estar nuestra real escala de valores.

El trabajo, hacer dinero, el celular, las redes sociales, las series en Netflix, Disney Plus, mantener mi estilo de vida, viajar, cambiar el auto…

¡Basta de excusas o buenas razones para llegar al final del día y no haber dedicado ni un minuto a lo que nosotros decimos que son nuestras prioridades!

¿Cuándo es el momento, el tiempo, la etapa ideal para vivir una vida extraordinaria? ¡Hoy! ¿Hoy? Sí, ¡hoy!, bueno pero “hoy tengo mil cosas que hacer, no me organicé, mañana empiezo”. “Mañana”, “mañana”…

Lo poco que sé, es que días y días, me levanté y me acosté sin hacer nada que diga, “¡Wooooooooow!, ¡Qué día hoy!”. No, rutina, automatismo, siempre más o menos lo mismo. Pensando, diciendo y haciendo, más o menos siempre lo mismo. Mi mente tranquila, mi alma secándose, mi corazón latiendo lento.

Pero ¿Quién tomá las decisiones en mi vida? Mi cabeza, que se conforma con más de lo mismo, en gastar la menor energía posible, que permanezca en los mismos hábitos, recorriendo los mismos caminos, que me dice que ya habrá tiempo para cosas importantes. Pero hoy no, mejor mañana.

¿Conoces a alguien que se murió de un día para el otro? Yo sí ¿Me puede suceder a mí? Sí. Pero una cosa es saber que me puede pasar y otra tomar acción y vivir eso que digo que sé. ¿De qué me sirve saber si no lo voy a llevar a mi vida? Me pasé años sabiendo todo…pero en mi día a día, no hice nada.

Seguir planificando, proyectando, analizando, me ha llevado a no tomar acción. Esa muchas veces es la mejor justificación: minimizar riesgos.

¿Qué cosas sabes que estás postergando hace años? Ese viaje con tu pareja, esa cena con ese amigo, ese viaje con la familia, esa fiesta loca, ese proyecto de trabajo, ese sueño tan importante…

¡No sos Highlander! ¡Cuántos sueños enterrados! ¡Cuánto tiempo perdido! ¡Cuántos ‘te amo’ por decir! ¡Cuántos abrazos por dar! Todo se acaba en un abrir y cerrar de ojos.

Tenemos tanto miedo al final, que ni hablamos de eso, ni siquiera lo imaginamos. Y quizás, Dios no lo quiera, sea antes que termines de leer esto, tic tac, tic tac…

Dicen los que saben, que cuando te morís, te morís. Anotá otra frase célebre...jajaja. Dicen que no hay tiempo para decir “me estoy muriendo” ¿Vieron a esos que se la pasan diciendo que se van a morir y no se mueren nunca?

Bueno, te morís, pero antes, parece ser que unos segundos antes, o en ese proceso, se te pasa la película de tu vida frente a tus ojos. Toda la película de tu vida, implacable, día tras día, sin cortes, sin censura. No sé si será así, pero me sirve pensar que va a ser así. Y te pregunto: ¿Cómo sería esa película? ¿Sería inspiradora? ¿Qué nombre le pondrías? ¿Pasión? ¿Amor? ¿Locura? ¿Vida? ¿Trabajo? ¿Ahorrar? ¿Rutina? ¿Mediocridad? ¿Conformismo? ¿Postergación? ¿Resignación? ¿A quién le mostrarías esa película? ¿A quién le dirías “vení, sentate, mirá esto, ésta fue mi vida”, “éste fue tu hijo”, “éste fue tu papá/mamá”? ¿Quiénes estarían orgullosos de verla? Yo no se la hubiera mostrado a nadie...y mucho menos a mis hijos.

¿Cuánto tiempo más vas a seguir esperando? ¡No hay tiempo!

Todas las bendiciones que hoy tienes en tu vida mañana no estarán. Todas las oportunidades que hoy se te presentan en tu camino, parpadeas y desaparecen.

Lo que hoy está, mañana desaparece. Rara vez la vida nos da una segunda oportunidad. Y ¿cuántas veces tuviste una oportunidad? Había que tomar una decisión rápida y te quedaste dudando, esperando, analizando...y te la perdiste. Un trabajo, una propuesta de negocio, una persona, un amor...así es la vida, pasa y rápido.

¿Seguís leyendo esto? ¿Qué estás haciendo? ¡Dejá de perder tu tiempo!

Tic tac, tic tac…


@feraragonoficial

Fer Aragon

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