Es medio día, el calor de abraza a la ciudad de Pachuca provoca que las decenas de adultos mayores, así como sus acompañantes, se cubran el rostro con los documentos que les han solicitado y con los que fueron ingresando de a poco para poder se parte del nuevo plan de la Estrategia de Vacunación que, desde el lunes pasado, ha puesto en marcha el refuerzo del biológico a este sector social.
Justina Gutiérrez Rodríguez acaba de salir de la Escuela Secundaria Técnica No. 40, ubicada en Piracantos, y a pesar de su delgada figura, empuja a su esposo en silla de ruedas sobre la acera que mantiene a decenas de personas de pie y otras sentadas en banquitos, en la fila para poderse aplicar la vacuna.
El cubrebocas de Justina, que trae el logotipo del gobierno del estado, tiene desgastados los resortes, así como la tela protectora, y poco puede hacer para poder sujetarlo a su rostro, pero asegura que es poco lo que sale, por lo que no le preocupa que éste “me quede medio flojo”.
“Llegué temprano, aunque había mucha fila y fueron dos horas de espera para poder pasar, ando media cansada y ahorita con la vacuna se me clavó una punzada acá atrás -señala su espalda alta- pero me siento bien, y espero que se me quite el dolor, pero pues es para protegernos más”, dice, mientras sus dos nietos se acercan a ella, así como su hija quien los acompañó.
La gente sigue llegando, los adultos mayores caminan despacio, con bastón, silla de ruedas, andaderas y otros sin apoyo de nadie, y se anexan a las filas que dirigen hacia la entrada principal de este centro escolar en donde les revisan los documentos y pasan hacia las canchas deportivas, que tienen una cubierta metálica que protege de los rayos del sol.
Enfermeras explican con paciencia el procedimiento que se realizará en los próximos minutos, muestran también las jeringas nuevas y les piden que, “de presentar algún malestar, solo es necesario tomar una ducha de agua tibia y evitar rascar el lugar donde les fue aplicada la vacuna”, así todos atentos, aunque algunos de los usuarios ajustan el volumen de sus aparatos auditivos para escuchar mejor.
Elia Trujillo González acaba de aplicarse la vacuna, está en espera de no tener ninguna reacción, aunque señaló que tuvo que tener paciencia debido a las dos horas que esperó para poder acceder a este lugar y recibir su refuerzo de vacunación.
“La labor que desempeña el sector salud es bastante grande, somos muchos, pero gracias a Dios nos recibieron bien y pues ya tenemos el refuerzo, así que eso nos ayudará a no enfermarnos y a no morir de esta enfermedad”, dice.
Así, las historias se van multiplicando y mientras esperan a que les den la autorización para poderse retirar, entre ellos hacen plática para distraerse, temas de hijos que no los han ido a ver, o quienes les dejan por días a sus nietos, o también se escucha la ansiedad por ir a preparar la comida u otros más concuerdan que “lo mejor es esperar al otro año para salir de viaje”.
Justina sigue esperando a que pase un taxi para llegar a su casa, en donde la espera la rutina diaria, “y pues sí nos preocupa esta enfermedad, pero ni modo de no seguir aquí, pero ya con la vacuna estaremos más protegidos, por lo menos para pasar este fin de año festejando con la familia cercana y dar gracias por pasar con vida un año más”.