A medida que la población crece, la demanda de atención a la salud aumenta en el estado de Puebla. Cada vez más personas optan por el ámbito privado, mientras que el porcentaje de la población afiliada al sistema público disminuyó en los últimos cinco años.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) 2023 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la población afiliada a servicios de salud en la entidad poblana se colocó en 59.3 por ciento, cuando en 2018 era de 79.1 por ciento.
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De una población de 6.6 millones de habitantes en territorio poblano, 2.6 millones, es decir, seis de cada 10 habitantes, no estaban afiliados a alguna de las instituciones de salud al cierre del año pasado.
Los cambios hacia un nuevo modelo de salud, el cierre de hospitales como el de San Alejandro del IMSS, y la emergencia sanitaria a causa del covid-19 se colocan entre los factores que modificaron la situación de cobertura médica en el último lustro.
La población que se atendió en consultorios privados llegó en 2023 a 14.0 por ciento, y en hospitales privados a 35.8 por ciento. En 2018, esta proporción era de 10.9 y 25.0 por ciento, respectivamente, según la Enadid.
Ante el panorama, Jorge Meneses Díaz, director del programa de Posgrado en Salud Pública de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), explicó que la infraestructura de atención médica privada creció en medio de la pandemia de covid-19 que comenzó en marzo de 2020.
Actualmente, la entidad poblana se encuentra en el tercer lugar nacional con mayor número de hospitales privados, con 132, solo detrás del Estado de México, que tiene 444 y de la Ciudad de México con 259.
Sector público, rebasado
Jorge Meneses Díaz, director del programa de Posgrado en Salud Pública de la Upaep destacó que cada vez hay más personas que acuden a servicios de carácter privado, toda vez que el sector público quedó rebasado, no solo en infraestructura, sino también en los tiempos de espera y la calidad de atención.
“Más de la mitad de los habitantes opta por estos servicios. Estos servicios privados incluyen hospitales privados, consultorios anexos a farmacias y consultorios que están en domicilios o en torres médicas. Este fenómeno se da por los tiempos de espera. Una persona que acude a un servicio público tarda en promedio cuatro horas en ser atendida. Eso limita las cuestiones laborales o los permisos que los patrones dan. El tiempo de espera en los consultorios que están anexos a farmacias no es más de 15 minutos, entonces hay una diferencia abismal”, comentó.
El tipo de tratamientos que se otorgan se coloca como otra de las razones por las cuales la gente opta por buscar una atención diferente a la que se ofrece en el sector público, aunque esto implique un impacto al bolsillo, añadió el especialista.
“La mayoría de la gente va al sector privado porque la mayoría de los medicamentos en este ámbito están de acuerdo con las recomendaciones internacionales. A nivel del control de pacientes diabéticos se ve una diferencia. Un paciente que se controla en el sector público a uno en el sector privado por el tipo de fármacos, hay una inequidad porque la gente que menos tiene no puede aspirar a tener buenos medicamentos a diferencia de quien tiene recursos”, explicó.
Calidad de vida
La calidad de medicamentos y su impacto en la salud de los pacientes es otro factor que desencadena que más personas opten por los servicios de carácter privado.
De acuerdo con el especialista, una persona que es atendida con un medicamento que no es efectivo puede presentar problemas en un lapso de cinco años, contrario a lo que pasa cuando los tratamientos con productos de calidad.
“Una persona que tiene un medicamento que no es tan efectivo, en cinco años, tendrá una complicación auditiva, visual o motriz en cinco años. Una persona con buenos tratamientos se estima que en hasta diez años puede presentar una complicación, es decir, se duplica en tiempo”, finalizó.
AAC