Junto a un grupo internacional de científicos, Antonio Camprubí y Vanessa Colás, investigadores del Instituto de Geología (IGI) de la UNAM, descubrieron un afloramiento de microdiamantes en rocas cromitas en Tehuitzingo, Puebla. Esto permite estudiar materiales antiguos del manto de la Tierra, la capa interna entre el núcleo y la corteza externa del planeta.
- Te recomendamos Diamantes, negocio brillante entre el sector de los jóvenes Financial Times
La importancia del hallazgo de microdiamantes
Publicado en la revista Geology, este descubrimiento genera información científica inédita sobre los materiales del manto terrestre.
Pero el hallazgo también serviría para que la industria de los diamantes sintéticos genere estas piedras preciosas a temperatura y presión menos extremas.
Esta exploración rebajaría mucho su costo, compartió Vanessa Colás.
La subducción de placas tectónicas
Cuando ocurren procesos de subducción entre placas tectónicas, como durante los sismos, una placa queda debajo de otra.
“Se cree que el material que subduce se recicla dentro del manto y vuelve a salir. Viendo estas microinclusiones de minerales y materiales distintos es que encontramos los microdiamantes”.
Estudiosa de las rocas del manto terrestre, Colás explicó que éstas pueden arrastrar minerales hacia la superficie durante los afloramientos, que son como suturas terrestres que dejan ver materiales muy antiguos e internos del planeta.
“México es uno de los países que tienen más afloramientos de rocas del manto, con más de 20. Representan antiguas suturas del océano. Imaginemos que el Pacífico se cierra y debido a ello las rocas del manto quedan sobre la corteza terrestre y las tenemos aflorando.”
Los diamantes descubiertos en el mundo
Otros diamantes que se han encontrado en el mundo se han formado en condiciones de alta presión y temperatura, pero los hallados en Puebla se ubican en fracturas que se forman a menores presiones y temperaturas.
“El metal cromitita se forma a mil 200 grados Celsius, y los diamantes en torno a los mil, pero también necesitan una altísima presión, del orden de gigapascales, y sólo se consiguen en el manto”.
Detalló que se creía que “los diamantes sólo eran estables en condiciones de presión y temperaturas muy elevadas, como a unos 40 kilómetros de profundidad, en el manto terrestre; pero es muy difícil que se preserven a nivel cortical, donde es estable el grafito, como el de la punta de los lápices”.
Además de ser utilizados en la joyería, los diamantes también tienen aplicaciones como materiales de corte y abrasión, entre otras.
MJA