Si existiera un semáforo sobre las muertes por suicidio, éste se ubicaría actualmente en color rojo, alertó el especialista en temas de salud mental, Guillermo Rocha González, dado que en los meses de junio a octubre es cuando se tiene la mayor incidencia de casos consumados.
Mientras que en los meses de diciembre y enero, expresó, las fechas de las fiestas de fin de año e inicio del siguiente se vuelven un freno para cometer este tipo de actos.
“Estamos ahorita en los meses de mayor riesgo, así que estamos en meses en rojo. Recordar que junio, julio, agosto, septiembre y octubre son los meses de mayor cifra de muertes por suicidio, así que es cuando hay que estar más alertas.
“Históricamente, los meses de diciembre y enero son los meses con menos muertes por suicidios. Sí hay más cuadros depresivos, pero hay menos suicidios consumados”, comentó.
En entrevista para la plataforma MILENIO-Multimedios, Rocha González enfatizó que existe en el tema del suicidio y los intentos de, un antes, durante y después de la pandemia provocada por el covid-19, por lo que en esos periodos varió el rango de edad de las personas que se suicidaron o intentaron hacerlo.
“Hay un antes, un durante y un después de la pandemia en temas relacionados a las muertes por suicidio, y tiene que ver con que antes de la pandemia sabíamos que el mayor pico de rango de edades del suicidio estaba entre los 18 y 24 años.
“Durante la pandemia incrementó el rango de edad entre los 24 y 39 años, en la edad laboral, y posterior a la pandemia, lamentablemente volvemos al tema de los jóvenes, estamos otra vez entre los 15 y 24 años en cuanto a muertes por suicidio”, indicó.
En tanto que en el escenario actual, agregó, la mayor preocupación que tienen es derivada al aumento de niños pequeños que tuvieron episodios de intento o ideación suicida.
“Hemos recibido un incremento en personas más pequeñas, de nueve, 10 u 11 años, con intentos de suicidio, eso es lo que nos está manteniendo ahorita más en alerta.
“Consideramos que son niños que enfrentaron edades importantes durante la pandemia y eso afectó su capacidad para socializar, para convivir, y están encontrándose sus primeras experiencias escolares con otras personas y se les está complicando”, comentó.
Como parte del mensaje de prevención, el investigador invitó a la población en general a estar alertas a las señales verbales y no verbales que presente su ser querido.
“Principalmente las verbales, con comentarios como: ‘ya no puedo’, ‘ya no quiero’, ‘todo me sale mal’, ‘no sirvo’, ‘no soy bueno para esto’, ‘todo va a terminar’.
“Obviamente si alguien habla sobre muerte o suicidio, pues ponerle toda la atención, y no dejarlo pasar”, destacó.
En las señales no verbales, añadió, se pueden ver el aislamiento, los rompimientos con las demás personas cercanas, dejar de hacer actividades, cosas que disfrutaba, cambios en el sueño, como dejar de dormir o dormir en exceso, cambios en la alimentación, irritabilidad.
“Y cuando identificamos algo así, que nos lleve a acercarnos y preguntarle: ‘Oye, me preocupa, me llama la atención que esté pasando esto, te puedo apoyar’, y de alguna manera escalonada llevar la pregunta hasta: ‘¿estás pensando en hacerte daño?, ¿en lastimarte?’, y buscar la ayuda profesional.
“Hablar sobre el tema, no dejarlo pasar, el hablarlo no invita a la persona a hacerlo, al contrario, se le da la posibilidad de que alguien lo escuche, que alguien lo atienda. Así que ante la menor duda, la menor sospecha, acercarnos y decirle: ‘me interesa cómo estás, vamos a hacer algo para que estés mejor’”, dijo Rocha González, quien agregó que las personas pueden acudir a la clínica de la Facultad de Psicología y pedir atención de urgencia.