La pandemia nos ha recordado que lo único que tenemos es el hoy, aquí y ahora: Amorita Ivonne Salas Westphal

Lado B

Amorita Ivonne Salas Westphal es luchadora ambiental y habla sobre la importancia de su familia para provocar en ella el amor al Medio Ambiente.

Es coordinadora en Durango de la Red Mexicana de la Carta de la Tierra. (Milenio Digital)
Isis Rábago
Lerdo, Durango /

De profesión Médico Veterinario Zootecnista, maestría en Ciencias con Especialidad en Parasitología y Doctorado en Manejo de Recursos Naturales, Amorita Ivonne Sala Westphal destaca por su participación activa en la protección del Medio Ambiente en la Comarca Lagunera en especial del Área Natural Protegida del Parque Estatal "Cañón de Fernández". 

Su amor por la naturaleza nació desde niña, en el seno familiar y actualmente, su familia también es un punto fundamental. Así como también las personas que ya ha conocido en el camino que decidió recorrer.

Coordinadora en Durango de la Red Mexicana de la Carta de la Tierra, a través de la cual, ha impartido más de 30 talleres, más de 35 conferencias y gestionado más de 60 firmas de compromiso en los diferentes sectores sociales y niveles de gobierno

¿Quién es Amorita Salas Westphal?

La mitad dirían que soy muy exigente y estricta y la otra mitad que soy puro cotorreo y cuento muy buenos chistes, adicta al trabajo, me gusta cocinar, pero no lavar los trastes.

Lucho día a día por mi paz, por la sanación espiritual de lo que tenga que sanar, por el desapego emocional y material, por dejar ir lo que tenga que alejarse de mi vida, pues en la medida que tenga paz interior, en esa medida todo alrededor se empieza a armonizar.

¿Dónde nació?

En el Distrito Federal, es el lugar donde menos tiempo he vivido. Mi infancia la viví en El Salvador. Mi juventud sí en el Distrito Federal y desde 1983 en el Estado de Durango, Comarca Lagunera y desde 1987 soy de la tierra que me da de comer. 

Ha impartido más de 30 talleres, más de 35 conferencias y gestionado más de 60 firmas de compromiso. (Milenio Digital)

¿Quién conforma su familia?

Mi compañero de vida Jorge Mora Cantellano. Tenemos dos hijas maravillosas y cinco nietos que son el postre de la vida. Tengo la dicha de contar con mi mamá, mi papá que son mis grandes maestros, tres hermanas y tres hermanos.

¿De dónde nace el gusto por el Medio Ambiente?

Mis papás nos llevaban cada fin de semana al campo en El Salvador, la mitad del año íbamos al lago y la otra mitad íbamos al mar, en vacaciones o tiempos libres con dos de mis hermanos exploramos terrenos que apenas estaban urbanizando.

A partir de los 12 o 13, que entonces ya vivíamos en México, compraron un terrenito en Oaxtepec Morelos, te estoy hablando de los años setenta, los mismos tres, nos la pasábamos los fines de semana “explorando los alrededores” eran grandes extensiones de vegetación natural de selva baja caducifolia, aún sin perturbación.

¿Desde cuándo empezó con acciones o a involucrarse a la protección del Medio Ambiente?

Estuve en un grupo Scout cuando adolescente. Ya de manera más formal, quizá desde 1991 que entré a trabajar a la entonces Escuela Superior de Biología de la UJED, la primera exposición de educación ambiental la montamos en los pasillos de la presidencia de Lerdo, se llamó “Nuestro desierto”, después entre 1992 y 1996 más o menos tuvimos una exposición permanente en la Abasolo, también en Lerdo, difundiendo aspectos del Desierto Chihuahuense para su apreciación y conservación, dirigido a escuelas y abierto al público en general.

En 1995 comencé a trabajar con Manejo de fauna silvestre. Para el año 2000 iniciamos la integración de la brigada ecologista “BIÓLOGOS-UJED”, y de ahí más y más acciones. Hasta llegar al proyecto familiar de conservación El Tasajillo (FB @eltasajillo), un ejercicio de congruencia con la vida, dejar de decir que otros conserven y cuiden a la Madre Tierra, para hacerlo personalmente, del dicho al hecho, mi marido y yo somos guardianes de ese rinconcito del Cañón de Fernández.

¿Cuál es su libro favorito?

No tengo favorito. Me gusta mucho la novela histórica. Pero igual me encanta un libro de morfología llamado The Body Machine (injustamente no recuerdo el autor), me apasiona la morfología y la fisiología animal, en esa área de la ciencia comencé mi trayectoria académica.

Ahondar en la perfección del funcionamiento de la vida es fascinante, alguien dijo sabiamente “se necesita ciencia para negar a Dios, pero se necesita muchísima ciencia para aceptar que existe”, mientras más investigas, más perfecto resulta el funcionamiento de todo.

¿Qué lee actualmente?

Estoy comenzando “El clamor de los bosques” de Richard Powers, trata sobre si los árboles pudieran hablar, ¿qué nos dirían?

¿Cuál es su comida favorita?

Toda la de mi mamá, sin dudarlo… el platillo imperdonable es arroz blanco al horno, con chiles poblanos enteros dentro del arroz, asados, pelados y rellenos de queso, todo con crema y una capa de queso Cotija gratinado encima.

¿Cuál es su pasatiempo favorito?

De niña fue andar en bicicleta. De joven fue el basquetbol, no salía de la cancha entre clase y clase. Un tiempo tuvimos caballos, al galopar se experimenta la sensación más increíble de libertad, la interrelación entre el caballo y tú no tiene comparación.

Me pierdo nivel “empiecen a comer, no me esperen” … con rompecabezas digitales.

Me confieso adicta a la aplicación de ciencia ciudadana para el conocimiento de la biodiversidad Naturalista que ahora ocupa mucho de mi tiempo libre, al día he registrado 668 especies en mil 980 observaciones.

¿Alguna película o programa favorito?

Me gustan películas de drama (basados en la vida real) y de comedia, románticas de nudo en la garganta para echar lágrima. Veo noticieros, programas como desafío de fuego, el precio de la historia, sobreviviendo en… diferentes versiones, de remodelación de casas, concursos de pasteles y cupcakes, biografías de personajes de la historia y a veces de chisme de la farándula. Hay documentales buenos también.

¿Cuáles son los proyectos en puerta?

La pandemia nos ha recordado que lo único que tenemos es el “hoy, aquí y ahora”, quiero abrazar y apapachar a quienes amo. Quiero terminar cada día con la frase de aquella canción que dice …Si Dios me llama ahorita yo me voy en paz.

RCM

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