Octubre ha llegado y con él el mes rosa de la sensibilización en la lucha contra el cáncer de mama. Es el segundo año en medio de una pandemia, pero esto no detiene a las mujeres guerreras en una batalla que no permite tregua.
Lupita Ostos Villarreal, presidenta de la Alianza contra el Cáncer de Mama, dio a conocer que esta vez sus actividades serán híbridas para no exponer a las participantes.
“Hacemos un grito desesperado a la mujer para que tenga conciencia que ella es la responsable de su salud. Las autoridades se han esforzado porque tengamos mamografías y Papanicolau en la Secretaría de Salud de Tamaulipas en forma gratuita”.
Pidió al género femenino tomarse cinco minutos para la salud que se podrán traducir en una larga vida. Y es que el Artículo 4 Constitucional brinda el derecho a la salud, pero también estamos obligadas a ser responsables de nuestro cuidado y prevención.
“Solo así podremos evitar este mal silencioso considerado la principal causa de muerte de las mujeres a nivel mundial. Lo podemos contrarrestar siendo responsables con nuestra salud”.
Ostos Villarreal solicita además a la Secretaría de Educación a nivel federal y estatal que se brinde a los alumnos de nivel básico (mujeres y hombres) información en forma sencilla sobre el cuidado de las mamas y romper tabúes de que nadie las debe explorar.
“Si la mujer está sana, está bien toda la familia, así que explora, sonríe y arañitas, cuida tu salud y tu vida”, destaca la activista.
Exhorta a los legisladores federales a cuidar el presupuesto de egresos para que no se vea afectada la asignación de recursos para la salud.
Actividades del mes rosa “Ya iniciamos, hemos llevado el mensaje incluso fuera de Tamaulipas, a los estados de Yucatán y Colima. En Tampico hicimos una misa y el 4 tendremos una plática en Aldama, después nos reuniremos con enfermeras y el 19 estaremos en los hospitales Canseco y Torre Cantú”, detalló.
El 21 de octubre la alianza acudirá a la Universidad Icest y el 29 se desarrollarán actividades en Ciudad Victoria. También habrá pláticas híbridas en empresas privadas de la zona conurbada y un torneo de bolos denominado “Una chuza contra el cáncer de mama”.
Con apoyo de la secretaría de Salud en Tamaulipas se brindarán campañas gratuitas de mamografía y Papanicolau.
Historias de sobrevivencia
Zaida "Acepté la voluntad de Dios y Él me preparó para lo que venía”
Dejó que la voluntad de Dios se hiciera presente, y la playa Miramar fue testigo de ese trato, al caer de rodillas. Tiempo después soportó el rechazo de su hija, mientras su esposo se aisló. El diagnóstico por cáncer de mama, llegó un 17 de marzo de 2018.
Zaida Villalobos Guerrero nació en Tantoyuca, pero creció en Pánuco, Veracruz para después radicar en Tampico. Es psicóloga, pero contó con una agencia de modelos y edecanes. Está por presentar su libro sobre las 5 etapas de duelo por las que atraviesa una persona con cáncer de mama.
A Zaida le aplicaron 16 quimioterapias, pero no le extirparon sus senos; incluso su fe en Dios hizo que estas sesiones le supieran “a chocolate”.
Como sobreviviente de cáncer de mama, ahora cuenta su experiencia, que le trajo fortaleza, aprendizaje y un mayor amor a Dios quien, asegura, la preparó para lo que vendría después, ya que en plena pandemia por covid-19, su esposo también pasaría por cáncer, en su caso de riñón.
“Nadie te prepara para escuchar que tienes cáncer y al mismo tiempo que sigas con tus proyectos; para mi esposo y mi hija fue algo muy fuerte, todos actúan de diferente manera. A mí me pasó algo muy raro y no por eso me siento enojada o resentida, pero mi hija me rechazó y mi esposo se aisló”.
A su marido se lo diagnosticaron el 26 de diciembre de 2020 y hoy están más unidos que nunca. “Esas son las pruebas, Dios me preparó para estar con él, para ser fuerte y no dejarlo caer”. Ella reconoce que todas las mujeres son guerreras, porque sacan fortaleza de todo, incluso del cáncer.
Verónica “Esta enfermedad no es fácil de asumirla”
El cáncer de mama nunca avisa y la vida no prepara a nadie para enfrentar un diagnóstico de tal magnitud, menos cuando se tiene un bebé de cinco meses de nacido. El miedo a morir es latente.
Es la historia de Verónica León Pérez, sobreviviente de esta mortal enfermedad. Hace 12 años dio a luz a su pequeño, quien crecía y se fortalecía en su vientre, pero también se desarrollaba el cáncer.
Cuenta que sus senos se desinflamaron, luego de terminar de amamantar a su hijo, y su reacción fue indescriptible cuando le dijeron que tenía cáncer de mama.
“El cáncer llegó a mi vida hace 12 años, se me desarrolló durante el embarazo de mi hijo, al terminar de amamantar se me desinflamaron los senos, se me detectó el tumor, me operaron y el resultado fue un cáncer etapa dos”.
En medio de la tormenta, se apoyó en su fe y en el amor que su familia en esta etapa le brindó. Su caso le permite ahora dar testimonio de la importancia de realizarse un examen clínico a tiempo, pues el cáncer es curable bajo esa circunstancia.
“Esta enfermedad no es fácil asumirla, desgasta económica y moralmente. Por favor, cualquier molestia o bulto que sientan en sus senos acudan inmediatamente con su médico”.
La ama de casa de 44 años de edad, venció el cáncer, pero admite temer que el mal regrese, por lo que procura pensar en positivo y disfrutar el día a día al lado de sus seres queridos.
Ma. Teresa “Dios me dio una nueva oportunidad de vida”
María Teresa Salinas López es educadora y logró vencer el cáncer de mama. Está convencida que la enfermedad fue parte del plan de Dios pues le tenía deparada una misión.
Ella preside junto con otra persona la asociación “Guerreras con turbante”. Le fueron retiradas sus dos mamás luego de su diagnóstico en 2018; con la primera quimioterapia perdió su cabello y fue ahí cuando Dios le indicó el camino.
“Me retiraron las dos glándulas mamarias y más adelante me hicieron una reconstrucción. Cuando termino mi tratamiento de quimio hago una visita al Seguro Social para dejar mis antecedentes y al llegar a la sala de Oncología me topo con mujeres, todas también con cirugías y veo la necesidad que hay en ellas, de ahí me nace el poder apoyarlas”.
Ella le preguntaba a Dios “¿para qué me quieres aquí?”, pues él le dio una nueva oportunidad de vida y entendió entonces el motivo.
Ha entregado gratuitamente 385 turbantes por parte de su asociación. Para ello, hay gente que le dona telas e hilos y así va adquiriendo el material para poder elaborarlos. A través de su página de Facebook ha contactado a más mujeres para apoyar, a través de sus familiares.
Comenta que a toda mujer con este problema de salud, le pega fuertemente en su autoestima, porque la belleza para muchas radica en el cabello.
“A muchas guerreras les afecta, a mi en lo personal pues me gusta andar pelona, pero hay quienes por su autoestima es muy importante el cabello, entonces esos turbantes con colores bonitos hacen que sus ojos brillen y luzcan hermosas”.
Todavía no toca la campana pues debe estar en tratamiento por cinco años, como parte del protocolo, y continúa tomando una pastilla diaria, pero mantiene la fe en que en su cuerpo ya no habrá rastro de ese mal.
Carmen “El apoyo familiar y moral cuenta mucho”
Carmen, quien prefiere omitir sus apellidos, se siente muy afortunada de ser una sobreviviente del cáncer de mama, luego de 5 largos años de lucha.
“Resultó que mis quistes eran cancerosos, no tenía yo Seguro Social, solo Seguro Popular y ahí fue donde me atendí, iba a Ciudad Victoria por medicamento”.
Fueron cinco años que se le hicieron eternos y en los que afortunadamente no tuvo necesidad de quimioterapias fuertes, porque estaba en la segunda etapa.
Habla de la importancia de revisarse y detectar a tiempo cualquier anormalidad. “Si lo dejan pasar, el cáncer invade a una inmediatamente, es una enfermedad voraz”.
Ella es mamá de tres hijos ya grandes, que la han apoyado en este díficil camino. El apoyo familiar y moral cuenta mucho, sostiene.
Después de una lucha de seis años, el último de los cuales lo vivió ya como paciente del IMSS, fue dada de alta y pudo reafirmar su fe en Dios.
“Es una oportunidad de vida y tenemos que seguir echándole ganas con mayor razón, Dios nos permitió seguir aquí y puedo contarlo con una inmensa gratitud hacia él, porque otras desafortunadamente se quedaron en el camino”.
En mayo de este año tocó la campana de la victoria, está sana y libre de cáncer. Tiene 58 años de edad y ahora lleva su historia a otras mujeres, para concientizarlas.