La mala nutrición, que engloba la desnutrición y obesidad, reduce el funcionamiento cognitivo de una persona, pero también tiene efectos relacionados con cómo trabaja el cerebro, señala la UNAM en un comunicado.
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¿Cómo influyen los nutrientes para el desarrollo del cerebro?
Niños y adultos desarrollan sus funciones mentales y psicológicas al activar una serie de nutrientes que las facilitan, de acuerdo con Felipe Cruz Pérez, de la Facultad de Psicología de la UNAM, quien afirma que “diversos trastornos de desarrollo temprano tienen que ver con una serie de dificultades subcorticales, que van a impactar el rendimiento cognitivo de los individuos”.
¿Cómo se presenta una mala nutrición?
Son tres factores que derivan en desnutrición: la obesidad, las presiones sociales y la mala nutrición en madres gestantes, según Gerardo Ortiz Moncada, de la Facultad de Psicología.
Para el investigador pedagógico, “está la condición de no cubrir los parámetros de talla y peso que tienen que presentarse durante el crecimiento y, la desnutrición de las madres gestantes, cuyas problemas alimenticios, a través de la genética, afectan al bebé en desarrollo”.
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La desnutrición también aparece con la ausencia, exceso y desbalance en el consumo de alimentos, considera Rafael Villalobos, de la FES Iztacala, “podemos consumir muchos alimentos pero de manera desbalanceada, o muy pocos porque no hay disponibilidad de éstos, pero también entran en juego los aspectos culturales”.
¿En que afecta la desnutrición para el conocimiento?
Los sistemas que se dañan están relacionados a la consolidación de procesos de memoria, pero también se altera la temporalización del desarrollo de las acciones y la disolución del pensamiento, que muchos especialistas consideran como trastorno por déficit de atención.
De los cerca de 64 millones de mexicanos en pobreza y pobreza extrema, uno de los principales problemas es la desnutrición crónica, como sucede con 1.5 millones de niños menores de 5 años en el país, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2016.
MJA