El científico mexicano Octavio Aburto, profesor- investigador del Instituto Scripps de Oceanografía de San Diego,California, junto con un equipo de 17 profesionales, inició este sábado, un viaje de exploración en las profundidades del Golfo de California, para celebrar los 25 años del Programa de Monitoreo de Arrecifes Rocosos, y que se propone recorrer 120 arrecifes rocosos en 30 días.
“El Golfo de California es una de las regiones más importantes en el mundo, tienen una riqueza de especies, una biodiversidad elevada y muchas de las especies que se tienen en estos hotspots son endémicas, solamente existen en estos lugares; es de los mares interiores más importantes de todo el mundo”, señaló el también fotógrafo marino y explorador de National Geographic, en entrevista con MILENIO.
“No tenemos arrecifes como en la Península de Yucatán o Australia que son los arrecifes coralinos; en el golfo de California lo que dominan son los arrecifes rocosos, estas rocas son el hábitat para que corales, abanicos de mar y otros otros grupos, otras algas principalmente como las como el sargazo y otros especies que crean hábitat para muchas otras especies, ahí viven y han formado ecosistemas únicos en el planeta”, desatcó .
Debido a su enorme biodiversidad, el Golfo de California es conocido como “el acuario del mundo”, donde dominan los arrecifes rocosos; Octavio Aburto comenzó su programa de monitoreo en 1998 y para celebrar el cuarto de siglo de sus estudios, el equipo de exploradores arrancó este sábado una expedición de 30 días, que zarpó de La Paz, Baja California a bordo del Guardián, un barco equipado para el buceo, y con cámaras y software de última generación para documentar sus hallazgos.
“Hemos estudiado 600 arrecifes a lo largo de nuestro monitoreo, hemos registrado más de 70 especies endémicas, y la ciencia sigue describiendo más especies cada año, principalmente aquellas en profundidades que en el pasado no teníamos acceso”.
Durante su existencia, el programa ha logrado estudiar más 600 arrecifes, donde ha realizado más de medio millón de registros de alrededor de 3 millones de individuos de cerca de 800 especies y, el diseño de un modelo que alertó sobre la urgente protección de 15 regiones prioritarias
“Estos arrecifes son muy productivos, de ellos dependen muchas comunidades costeras en la región, y seguramente muchos de los productos pesqueros que llegan incluso a la Ciudad de México, vienen de estos arrecifes, por eso hay que protegerlos y cuidarlos mucho”.
Las primeras inquietudes con las que arrancó el programa en 1998, era conocer cuál de los arrecifes albergan mayor riqueza de especies, en dónde se reproducen esas especies y en dónde se protegen los juveniles, los bebés de esas especies.
“Muchos de estos lugares se llaman guarderías, están a lo largo del Golfo de California y corresponden incluso a esteros y manglares. Hace 25 años teníamos estas preguntas, las tratamos de resolver y en aquel entonces publicamos un artículo científico, mostrando que 15 regiones a lo largo del Golfo de California debían de ser prioritarias para la conservación, una de ellas es Cabo Pulmo que se ha recuperado de una manera increíble, y otras 14 pues que siguen resistiendo los embates del cambio climático, pero también de los factores que los degradan directamente, relacionados con los humanos, como la sobrepesca y la contaminación”, resaltó.
Las nueve regiones de este programa han arrojado datos de mucha relevancia que permiten documentar, por ejemplo, la tropicalización del sur del Golfo de California, calcular la biomasa relativa, la riqueza de las especies y, los cambios que a lo largo del tiempo muestran las comunidades de peces de los arrecifes monitoreados.
Debido a lo costoso de las expediciones, esta exploración submarina de 30 días se realiza cada 4 años en los arrecifes que se extienden a lo largo de la costa de la Península de Baja California, desde la parte norte de Sonora y en casi todas las islas del Golfo de California; en tanto que cada año, realizan estudios en puntos de interés más focalizados. Cada año se evalúan la abundancia de peces, por ejemplo, sí sube o disminuye, son parámetros para entender qué tanto impactan los fenómenos como huracanes o otros eventos naturales pueden naturales, además de los impactos directos del ser humano, como las pesquerías mal poco manejadas, la contaminación e incluso la destrucción de hábitat a lo largo de la de la costa.
“Este este año será la cuarta vez que logramos hacer toda la toda la serie de arrecifes por un lado estamos emocionados de que volvamos a, podamos lograr cubrir otra vez todos estos arrecifes, pero seguramente vamos a tener más retos, porque no ha habido una eficiencia en la protección de estos de estos sitios, se han creado algunas áreas naturales protegidas, pero se siguen permitiendo actividades extractivas en muchas de ellas y por otro lado muchos de estos arrecifes están sin proteger y sin ningún manejo adecuado, además de que tampoco se han involucrado a muchas comunidades a participar de esta protección”.
Destacó que aunque en la Península de Baja California se han establecido algunas áreas marinas protegidas, muchas de ellas no tienen la protección total, como se dio en Cabo Pulmo, donde la comunidad decidió no pescar, ni extraer nada dentro del parque nacional “y esa es el área que hemos visto que se ha recuperado increíblemente no”, por lo que lamentó que el resto de los sitios son área protegidas “de papel”.