Los recortes a la ciencia y a la tecnología de 20 por ciento a lo largo de este año hipotecan el futuro de México y cierran la posibilidad de que el país sea de primer nivel; además, alientan la fuga de “cerebros” que colaborarán con naciones que les abran las puertas para continuar con sus investigaciones.
En el punto anterior coincidieron los investigadores José Ramón Valdés Parra, coordinador de Astrofísica del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (Inaoe); y Polioptro Fortunato Martínez Austria, investigador del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap); y Raúl Bringas Nostti, investigador del Departamento de Administración de Negocios Internacionales de la Udlap.
- Te recomendamos Comienza Inaoe creación de un parque científico en faldas del Pico de Orizaba Ciencia y Salud
Los tres investigadores lamentaron que en México se destinen recursos equivalentes al 0.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) a la investigación, cuando se requiere, al menos, de un uno por ciento.
José Ramón Valdés Parra, coordinador de Astrofísica del Inaoe, comentó que, para este año, los centros de investigación recibieron un primer recorte de 10 por ciento en sus presupuestos; sin embargo, a lo largo del año se están aplicando más disminuciones de recursos y que se alcanza casi un 20 por ciento menos en comparación con años pasados.
“La postura de la mayoría de los investigadores de los centros públicos es que, definitivamente, apoyamos todas las iniciativas del presidente de la república en función de eliminar las cosas que se hicieron mal en el pasado, pero tenemos una idea muy clara de que la forma en que se está tratando de resolver el problema no es el adecuado. No se pueden hacer recortes de una manera igualitaria a todos los centros de investigación porque cada centro es muy particular y muchos centros vamos a empezar a sufrir consecuencias muy graves, sobre todo, en la parte operativa”, comentó.
Señaló que la comunidad científica está tratando de hacer entender a la gente encargada de tomar decisiones en materia de política pública en investigación, que se deben buscar otras alternativas y evitar recortes.
“Yo no podría decir que haya centros de investigación que sean elefantes blancos. El sistema está formado por 27 centros de investigación, son muy diferentes porque algunos se dedican a la investigación básica, a las humanidades, a la historia, a la economía. Nosotros apoyamos las iniciativas de hacer un uso eficiente de recursos, pero tenemos que hacerlo de una manera diferente, sin que se afecte la parte operativa de los centros de investigación porque con eso, lo que estamos haciendo es hipotecando el futuro del país”, comentó.
Por su parte, Polioptro Fortunato Martínez Austria, investigador del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Udlap, explicó que es un grave error realizar recortes a la ciencia y la tecnología.
“México es el país, miembro de la OCDE, que invierte menos en ciencia y conocimiento, 0.4 por ciento del PIB. Cualquier país invierte 2.5 por ciento en ciencia. Estamos Unidos están invirtiendo mucho más que eso. La respuesta del presidente de Estados Unidos, Barak Obama, a la crisis de 2018 fue invertir en ciencia y tecnología. Vivimos en la sociedad del conocimiento y no se puede aspirar a ello, sin atender la raíz misma del progreso”, comentó.
Señaló que México requiere más científicos, más astrónomos, más historiadores, más sociólogos, más tecnologías y la participación de todos los sectores, academia, industria y gobierno para enfrentar los retos actuales.
“Todo el conocimiento para un pueblo es importante. Mientras nosotros estamos en al 4T, el mundo está en la cuarta Revolución Industrial y estamos perdiendo la batalla. No invertir en ciencia significa no solo hipotecar, sino cerrar la posibilidad del futuro de México como una nación de primer mundo, de primer nivel”, expresó.
Por su parte, Bringas Nostti reconoció que se requiere depurar el sistema de investigación ya que existe frustración de que muchas personas reciben recursos y apoyos, sin merecerlo; sin embargo, no se puede reducir la inversión para todos.
“El problema no es acabar con el sistema ni disminuir la cantidad de recursos que entran, el problema es depurarlo”, apuntó.
ARP