Cada vez son más frecuente los problemas de artritis en perros y gatos, sobre todo en la etapa adulta; sin embargo, no es tan fácil identificar este problema, pese al dolor que sufren y las limitaciones que trae esto a su vida diaria, por lo cual resulta necesario aprender al respecto para que reciban el tratamiento correspondiente, evitarles mayores daños y darles un nivel de vida adecuado.
La literatura describe a la artritis reumatoide como una enfermedad degenerativa que afecta las articulaciones, provocando dolores fuertes, al igual que en humanos; se puede presentar en las vértebras, la cadera, las rodillas, en las patas o codos, provocando calor, dolor e hinchazón de las articulaciones, así como rigidez y disminución de la movilidad de las mismas.
En general puede afectar cualquier parte del cuerpo, ya sea después de una lesión o por el desgaste que trae consigo por la edad, donde los principales síntomas que se pueden observar para detectar este problema son: cuando se presenta rigidez, cojera, cambien su actividad física, modifican la forma de caminar, tienen un comportamiento distinto al habitual, se les dificulta saltar o subir escalones y en ocasiones las evitan o suben lentamente; también pueden presentar temperatura.
Este problema es frecuente en todas las razas de perros, algunos señalan a los perros más grandes, pero otros a los de raza pequeña. Lo realmente cierto es que con medicamentos, cambio en su alimentación y actividades pueden llevar un buen nivel de vida si el problema se detecta a tiempo y se evita que siga la inflamación siga avanzando y dañando más partes del cuerpo.
Igual que en humanos
El médico veterinario, Miguel Ulises Pulido, de la Boutique des Chiens, de Zamarrero, puntualiza que la artritis en perros y gatos es igual que en los humanos, por lo cual con la edad también hay un desgaste de las articulaciones. El problema, a diferencia de la población, es que en los animales se convierte en una enfermedad silenciosa porque las mascotas no pueden expresar el dolor y que sus dueños o dueñas lo comprendan.
“Generalmente en un paciente geriatra, en el caso de los perros y sobre todo en las razas grandes es a partir de los cinco años de vida y en las pequeñas es a partir de los 7 años. En estas razas empieza a ver una degeneración articular al igual que los humanos, de edad adulta madura, a quienes la destrucción de las articulaciones genera inflamación y la inflamación genera dolor” añade.
La forma cómo sus amigos humanos se pueden dar cuenta del problema es porque los ven echados prácticamente todo el día, se les ve temblando, lo cual generalmente ocurre por frío, dolor o por alguna enfermedad o fiebre.
El dolor no lo expresan como nosotros, señala. Ellos o ellas no se quejan, pero lo tienen. Este problema está presente en algún grado, en más o menos 80 por ciento de los perros en edad adulta. Primero es una enfermedad degenerativa articular que se conoce como artritis, pero llega a ser artrosis, cuando la articulación se destruye y empieza a formar un callo óseo, es decir un callo de hueso que genera mucho más dolor.
El semáforo de riesgo
Se tienen que tener algunas alarmas como que el paciente deja de caminar, jugar, subir o bajar las escaleras o los sillones donde comúnmente lo hacía; se observa cierta apatía y desgano, más allá de un día en el cual se pueden cansar por diversa actividad o porque no duermen lo suficiente, señala el especialista, Miguel Ángel Pulido.
Afortunadamente, agrega, en la actualidad hay tratamiento para el dolor crónico por artritis para que los pacientes tengan una mejor calidad de vida, porque si bien la artritis y la artrosis no tienen una cura, si existe un tratamiento paliativo que les da una mayor y mejor calidad de vida.
No obstante, advierte, hay factores de riesgo que pueden complicar o acelerar este problema, y uno de ellos es la obesidad, la cual complica el problema en 70 por ciento porque los animalitos deben cargar más peso del que comúnmente les corresponde, provocando que las articulaciones se degeneren mucho más rápido.
Por otro lado, influye mucho una mala alimentación y el poco ejercicio, al igual que en los humanos, donde una correcta ingesta se puede obtener a través de los productos elaborados por diversas empresas, acorde con su edad y raza. Generalmente las croquetas o algún otro producto traen consigo una dieta balanceada, con las vitaminas y nutrientes que necesita y difícilmente puede obtener con la ingesta de comida de humano, por los casos en los cuales sólo les dan los desperdicios, sopa o arroz, tortilla o pan.
“Para la buena alimentación tenemos que entender que un perrito o un gatito necesita de un alimento balanceado. Es indispensable que esté balanceado para que los riesgos de enfermedades se minimicen.
“Para el balance de los alimentos se requiere de una tecnología que cuesta muchos millones de dólares, lo cual es imposible hacer por una persona desde casa. El alimento casero es incorrecto, todos los perros y gatos pueden tener una mayor calidad de vida y para tener una longevidad mayor necesitan alimentos balanceados toda su vida” remata.