Las tormentas eléctricas contienen descargas bruscas de electricidad atmosférica en las que se manifiestan resplandores y sonidos producidos por lo que conocemos como rayos.
En definiciones de la RAE, el rayo es una descarga electrostática que resulta de la acumulación de cargas positivas y negativas dentro de una nube de tormenta, el relámpago es el resplandor producido por las mismas descargas eléctricas y el trueno es el sonido seco o estruendo que producen.
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana cuenta con fascículos que explican que el rayo alcanza una temperatura en el aire que se aproxima a los 30 mil grados centígrados en una fracción de segundo.
El aire caliente es lo que provoca que éste se expanda rápidamente, produciendo una onda de choque que llega en forma de sonido (trueno), éste viaja hacia fuera y en todas direcciones desde el rayo.
¿Cómo se forman?
Según información del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) una tormenta eléctrica se forma por una combinación de humedad, entre el aire caliente que sube con rapidez y una fuerza capaz de levantar a éste, como un frente frío, una brisa marina o una montaña.
Todas las tormentas eléctricas contienen rayos, los cuales pueden ocurrir individualmente, en grupos, o en líneas.
El ciclo de duración de una tormenta es de sólo una o dos horas y empieza cuando una porción de aire está más caliente que el de su entorno, o bien, cuando el aire más frío penetra por debajo de ella.
Tipos de rayos
Nube-aire: Estos rayos se generan porque la electricidad se desplaza desde la nube hacia una masa de aire de carga opuesta.
Nube-nube: Para que el rayo pueda producirse dentro de una nube, esta debe contar con zonas cargadas de signo contrario.
Nube-suelo: Las cargas negativas de las nubes son atraídas por las cargas positivas del suelo, de esta manera se generan los rayos que tocan la superficie.
La mayor cantidad de relámpagos ocurren dentro de la nube, mientras que el 20% se presenta entre la nube y el suelo.
AS