Ingerir de manera regular bebidas azucaradas como refrescos, jugos y néctares embotellados genera grasa abdominal y promueve el desarrollo del síndrome metabólico (SM), lo que posibilita el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer, reveló una investigación de la UNAM.
Entre los signos del síndrome metabólico están la obesidad, la hipertensión arterial, le aumento de triglicéridos en la sangre, el colesterol alto, la secreción excesiva de insulina y la intolerancia a la glucosa. Si coinciden tres de esos factores se considera que hay SM, detalló la UNAM en un comunicado.
Estas conclusiones son resultado de varios años de investigación en el Departamento de Neurociencias Cognitivas de la División de Neurociencias, del Instituto de Fisiología Celular (IFC).
La investigadora de la máxima casa de estudios, Marcia Hiriart, destacó que para identificar los efectos y secuelas de las bebidas dulces realizaron trabajos de experimentación en un modelo con ratas, a las que se les dio una bebida similar al jugo o refresco, con sacarosa a 20 por ciento —la sacarosa, que es el azúcar blanca de mesa, está formada por glucosa y fructuosa.
Después de dos meses de ingerir esta bebida, los científicos identificaron aumento de grasa abdominal, cuyo crecimiento origina mediadores químicos llamados adipocinas, lo que atrae glóbulos blancos que producen citocinas y el organismo lo interpreta como inflamación.
La investigadora indicó que 40 por ciento de la población a escala global tiene sobrepeso u obesidad y es sedentaria; de este segmento, una proporción considerable sufre síndrome metabólico.
Hiriart enfatizó que ese síndrome puede revertirse si se hacen actividades físicas y se mantiene una dieta adecuada, evitando así el desarrollo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
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