La atención a pacientes en estado crítico es un trabajo exhaustivo que requiere profesionales de múltiples especialidades y también el uso de equipamiento especializado.
Definir si un paciente entra a esta categoría es una situación a la que el Doctor Francisco Godínez García, especialista en medicina del enfermo en estado crítico debe afrontar diariamente, en el hospital para atención a covid-19.
“Típicamente el paciente en etapa crítica ya perdió la capacidad para respirar, no puede compensar su respiración por sus propios mecanismos fisiológicos y requiere de un soporte que en este caso será el ventilador”.
Los motivos por los cuales los pulmones del paciente con coronavirus en fase crítica pierden dicha capacidad, se deben principalmente a que el virus inflama el tejido pulmonar, localizándose entre las unidades alveolares que impiden se realice el intercambio gaseoso normal entre ambos órganos. Al perder su capacidad para llevar a cabo dichas funciones requerirá una máquina que las realice y de soporte al órgano pulmonar.
Si bien este es un virus del que cualquiera puede ser víctima, el estado de salud previo es determinante para la recuperación.
“Quien tiene un deterioro de sus funciones previamente por una enfermedad crónica, probablemente tenga menor capacidad para afrontar esta enfermedad”.
Ante estos casos es que las unidades de medicina crítica y médicos de terapia intensiva deben calificar quien es apto o no para recibir estos cuidados, una decisión basada en escalas prediseñadas y en establecer el pronóstico tanto a corto como a largo plazo de la situación que vive el paciente.
“Incluso hay escalas que no evalúan la edad, evalúan el estado del paciente, el estado de la funcionalidad de sus órganos”.
Ante este hecho, una persona mayor sin comorbilidades y con una vida sana tendrá mayores expectativas y se volverá un candidato ideal, una decisión ante la cual también intervienen los comités de Bioética de los hospitales.
Aunque el coronavirus afecta principalmente a personas mayores de 60 años, toda la población está expuesta debido a que se trata de una nueva infección viral y nuestro sistema inmunológico no se ha adaptado. Se trata de un padecimiento que, pese a la incredulidad y actitud de negación de muchos, es real.
“Ver morir gente en edad altamente productiva, que pensó que nunca iba a tener padecimiento porque llevaba su vida normal o tenía una enfermedad crónica controlada, es difícil desde nuestra perspectiva escucharlo porque la gente que dice eso es porque no tiene alguien cercano a quien le ha sucedido”, concluye el Doctor Francisco Godínez.