En Ecuador se recogen a diario 150 cuerpos sin vida de casas y hospitales por parte de la Fuerza de Tarea Conjunta, encargada del levantamiento, “pero los registros oficiales se quedan cortos”, explicó Sandra Zambrano, reportera de Metro Ecuador.
En Ecuador, comentó en entrevista con Grupo Milenio, hay toque de queda de las dos de la tarde a las 5 de la mañana. Si la persona rompe la disposición debe pagar 100 dólares de multa, la segunda infracción es de 400 dólares y la tercera va a prisión.
Los autos antes podían circular para ir a comprar víveres dos veces a la semana, ahora es una vez y depende de la placa. Será a partir del 13 de abril cuando se endurezcan las medidas y se aplique una especie de semáforo de circulación para vehículos y personas, que estará vigilado por epidemiólogos.
Las cifras oficiales, comentó la reportera, reportan más de 3 mil 600 personas contagiadas de Covid-19 y 180 muertos confirmados, así como 156 clasificados con posibles decesos por la cepa pandémica a Guayaquil y Quito, afectando, básicamente, en cuanto a la transmisión de la enfermedad, con 2 mil 89 casos, a personas de 20 a 49 años de edad.
Zambrano enfrenta como reportera el bombardeo de información que es falsa, como el hecho de que la gente está tirando los cuerpos en la calles, aunque se dio el caso de una persona alcoholizada que sí lo hizo, y también la divulgación falas de que se estaban quemando a los muertos en vías públicas, en patios.
La gente, aclaró, sacó ataúdes, cajas de cartón improvisadas, inclusive fundas de telas, de sus propias casas porque ya llevaban con sus muertos dos o tres días, y quemaron llantas para que la Fuerza de Tarea Conjunta acudiera a retirar los cuerpos sin vidas y estos fueran depositados en contenedores en frío para que, cuando se tuviera la oportunidad, los familiares puedan darles el servicio funerario.
En Ecuador, con más de 16 millones de habitantes, reconoció se tomaron medidas de prevención tardías, como lo ha reconocido el propio presidente Lenin Moreno, quien pidió “perdón a la nación” pero también hubo otro elemento que contribuyo a la rápida propagación del virus, la gente en lugar de guardar la sana distancia y refugiarse en sus hogares, salía a las plazas, los niños a jugar en las calles, los adultos se congregaban en tiendas.
“Tenemos medidores de movimiento de la gente sospechosa y contagiada, no dejaron de circular, y se concentraron en lugares donde hay gente que cree que no le va a pasar nada. Esto es indignante”, explicó la reportera, quien reconoció que su país enfrenta una situación complicada, por ejemplo, las funerarias tienen miedo en el manejo de cadáveres por temor a contagiarse.
En esta primera fila de la información responsable se encuentra los reporteros que, a decir de Zambrano, también se han contagiado y algunos fallecidos en cumplimiento de su trabajo por su país.