Expertos de la UNAM resaltaron la importancia de contar con un sistema de vigilancia, revisión y monitoreo de aguas residuales que permita contar con información temprana que alerte al sistema de salud y a la población sobre la presencia de patógenos como el SARS-CoV-2.
De acuerdo con Ana Cecilia Espinosa García y Marisa Mazari del Laboratorio Nacional de Ciencias de la Sostenibilidad (Lancis) y Adalberto Novola del Instituto de Ingeniería, conocer la calidad de este recurso serviría para evitar brotes epidemiológicos.
Al participar en el programa la UNAM Responde, Marisa Mazari resaltó que desde marzo, mediante el monitoreo de esas aguas, naciones como Holanda detectaron fragmentos del nuevo coronavirus, mientras que Suiza, Estados Unidos (específicamente Massachusetts), Brasil y Australia hicieron observaciones similares durante abril, y en mayo hay reportes de Israel y de Francia.
La vigilancia para detectar organismos patógenos en el agua residual puede ser una alerta temprana, pues permitiría saber qué desechamos al entorno, enfatizó.
Precisó que en México se han comenzado a hacer esfuerzos en ese sentido, con un grupo del Instituto de Ingeniería, en Juriquilla (en dos plantas de tratamiento en Querétaro); en el Tec de Monterrey y la Universidad Estatal de Arizona con el Sistema de Aguas de la Ciudad de México; y hay interés de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) por realizar esta labor.
En tanto, Ana Cecilia Espinosa García indicó que hay estudios sobre la presencia de virus (como los causantes de poliomielitis, hepatitis A y rotavirus) en aguas residuales, que al ser usadas sin tratarse pueden transmitir patógenos a los humanos.
“Los microorganismos están presentes en cualquier cuerpo de agua y somos responsables de monitorear los que nos hacen daño para evitar brotes epidemiológicos. Se debe insistir para que el monitoreo sea incluido en la norma oficial en la materia, y que ésta se cumpla”, remarcó.
A su vez, Adalberto Noyola destacó que en nuestro país gran cantidad de cuerpos de agua están contaminados por descargas de aguas crudas, sin tratar, provenientes de centros urbanos. “No contamos con un manejo adecuado de este recurso”.
El universitario agregó que contamos con la infraestructura para monitorear la calidad del agua, pero falta mejorar la capacitación de recursos humanos para sustentar el muestreo y análisis (consumibles, reactivos, inversión en equipos).
“Se deben destinar recursos y consolidar las campañas de monitoreo para tomar mejores decisiones en materia de salud pública. La inversión sería poca si se compara con lo que se invertiría en el caso de no hacerlo”, concluyó.
bgpa