Por cambio climático pronostican crisis del agua en la Zona Conurbada

La asociación Ingenieros sin Fronteras México llama a gobiernos y sociedad civil a evitar un escenario apocalíptico debido a la escasez del suministro

Laguna del Chairel.
Cristina Gómez
Tampico /

A nuestro país y en particular al sur de Tamaulipas le quedan diez años para evitar una crisis de agua que traiga graves repercusiones económicas y sociales, advirtió Gerardo Sánchez-Torres Esqueda, presidente de Ingenieros sin Fronteras México AC

Precisó que de acuerdo con análisis y estimaciones sobre cambio climático, la zona conurbada se dirige a tener temperaturas más altas, con sensaciones térmicas mayores a 50 grados centígrados y una menor disponibilidad de agua por la disminución de precipitaciones pluviales, lo que se agravará en las épocas de verano. 


2030, año crucial si no se toman acciones

Indicó que de acuerdo con un estudio del World Resources Institute hay un ranking de países con problemas de estrés hídrico, y aunque México está en el lugar 21, alerta que el escenario puede tornarse apocalíptico en diez años si no se toman acciones ya. 

“En el primer grupo están quienes ya presentan escasez de agua o tienen un alto índice de estrés hídrico; México está en el segundo grupo, pero según sus pronósticos a partir del 2030 se van a enfrentar los mismos problemas en sus regiones”. 
Sistema lagunario del Chairel.


Se tiene, dijo, una ventana de tiempo para tratar de recomponer “todo el desastre que tenemos en materia hídrica”, pero si no se aprovecha esta oportunidad, las consecuencias serán muy graves. 

“Si en los próximos 10 años el gobierno federal, estatales y municipales no se ponen a trabajar haciendo un lado intereses políticos, personales o económicos y si la sociedad civil no se suma de forma organizada y ordenada, habrá regiones donde nos podamos quedar sin agua”. 

Expresó que ya zonas de Guanajuato, Zacatecas, San Luis Potosí, Durango, Coahuila y Chihuahua registran problemas serios que se irán incrementando, pues la población crece y con ello la demanda de agua, que será cada vez más limitada. 


Más calor y menos lluvia 

Sánchez-Torres Esqueda expuso que hay otro reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) que advierte sobre los modelos que se van a estar presentando, donde la temperatura tiende a incrementarse, pero la precipitación pluvial a disminuir. 

“En la masa continental que queda comprendida entre Trópico de Cáncer y Trópico de Capricornio, los modelos de cambio climático nos están indicando que la temperatura seguirá subiendo, pero las lluvias serán más escasas”. 

En el sur de Tamaulipas, ejemplificó, se espera que la precipitación se reduzca entre un 12 y un 20 por ciento sobre el promedio anual. “Se llegan a mencionar incrementos de la temperatura media anual, en un umbral que, de ser rebasado, los desajustes en el ecosistema van a ser irreversibles”. 

En el año 2013 se registró el descenso más severo (Cortesía).


El presidente de Ingenieros sin Fronteras México mencionó que “es un escenario apocalíptico pero real”, pues incluso en estudios que han hecho localmente la Facultad de Ingeniería de la UAT y el propio organismo no gubernamental que encabeza, se refleja lo anterior. 

“Por ejemplo en el verano, de tenerse entre 36 a 38 grados centígrados, con humedad del 80 y tantos por ciento que genera sensación térmica de 44 y 45 grados, si no se hace nada ante el cambio climático en el 2040 serán de hasta 45 grados con sensaciones térmicas mayores a 50”. 

Ello sumado a la disminución de lluvias hasta en un 20%, pintan un escenario muy complicado para esos veranos, “nos vamos a cocer”, agregó el investigador. Explicó que esto significa un impacto en los ecosistemas, y los suelos al secarse dejarán de ser productivos, la biodiversidad desaparecerá y los problemas ambientales serán mayores a los que ahora se tienen. Afirmó que los daños económicos serán brutales, por pérdida de cosechas, de fuentes de empleo, se generarán problemas de salud pública como la desnutrición y muchas enfermedades. 

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“Es muy complicado esto, tenemos que trabajar de forma coordinada, de lo contrario pues sálvese quien pueda, porque no vemos interés de la Federación por el tema del medio ambiente y cambio climático”. 

Gerardo Sánchez refirió que en la zona la precipitación media anual ha ido disminuyendo y actualmente se llega a los mil milímetros por año. 

“Vámonos al caso más extremo, una reducción del 20% del agua, tendremos una precipitación media anual del orden de 800 milímetros, todavía sería suficiente para satisfacer la demanda doméstica e industrial y la zona tendría futuro, pero si el sistema lagunario no se conserva y se le da mantenimiento, y continúa la contaminación, tendremos graves problemas”. 

Detalló que eso incluye un eficiente tratamiento del agua potable mediante tecnología que remueva los contaminantes que ahorita están presentes, porque de no ser así, estaremos consumiendo agua que nos va a provocar tarde o temprano problemas de salud pública.

lpr


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