El consumo de cristal se ha convertido en la tercera droga de impacto en la entidad, solo por debajo del alcohol y la mariguana, registrando una tendencia a la alza, durante la última década, que concentra 15 por ciento de las atenciones que ofrece el Instituto Mexiquense contra las Adicciones (IMCA).
En entrevista para MILENIO Estado de México, el director del IMCA, Alberto Alonso Gutiérrez Novelo, precisó que el cristal se ha convertido en la tercera droga de mayor impacto en la entidad, registrando un crecimiento constante, proyectando que entre 4 y 5 por ciento de la población en general, tenga este tipo de consumo.
“No es mayor a la prevalencia de consumo de alcohol o mariguana; pero ya se está dando. Hay zonas donde hay una mayor prevalencia, sobre todo en las zonas turísticas”.
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De manera general, apuntó, de acuerdo con la base de datos de esta dependencia, que pertenece a la Secretaría de Salud de la entidad, el alcohol sigue siendo la principal droga de impacto por la que se busca atención en los Centros de Atención Primaria a las Adicciones (Capas), seguido de la mariguana y el cristal.
Indicó que aproximadamente 15 por ciento de los servicios que se otorgan en estos centros, se especializan en la atención de pacientes con este tipo de consumo; sin embargo, durante el último año se ha registrado un incremento.
“Específicamente hablando de cristal, en las cifras desde marzo de 2020 a 2021, ya es de cerca a 16.5 por ciento, en las personas que acuden a los centros”.
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Problemática asociada
El especialista puntualizó que al igual que ocurre con otras sustancias, el consumo de cristal deriva no sólo en problemas en la salud física, sino también en lo emocional, presentando algunos síntomas de depresión, ansiedad, entre otras.
“Es una población con alta vulnerabilidad a presentar problemas de depresión, problemas de ansiedad, o algunos otros problemas, derivados del consumo de estas sustancias”.
Edades de consumo
La edad de inicio en el consumo es variada, dependiendo del tipo de droga, pero de manera general, en la entidad, el primer contacto con alguna sustancia adictiva se da alrededor de los 12 años, aunque hay casos en los que el consumo inició desde quinto o sexto de primaria.
“Nuestra principal población que es atendida en los Capas, va desde los 12 a los 17 años de edad, posteriormente, los adultos jóvenes que son el segundo grupo con mayor atención”.
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Precisó que aproximadamente el grupo que va de los 12 a los 17 años de edad, que presentan alguna necesidad de atención representa 80 por ciento de los servicios totales otorgados.
Indicó que datos de las instancias encargadas de los temas de seguridad, han referido que existe un mayor consumo justamente en los municipios turísticos de la entidad, e incluso se han llevado a cabo distintos decomisos, principalmente en alcaldías como Valle de Bravo o Ixtapan de la Sal.
Sostuvo que en muchos casos el consumo de cristal va más allá del tema lúdico, pues su consumo también se ha relacionado con algunas actividades, como las de choferes del transporte de carga.
KVS