Los problemas de salud mental van en aumento, tan es así que mientras en 2020, primer año de la pandemia de covid-19 se tenían hasta septiembre 2 mil 448 casos de depresión, al mismo periodo de 2023 suman 3 mil 251.
En tres años, el padecimiento creció un 33 por ciento, según la información estadística del Boletín Epidemiológico de la Secretaría de Salud del gobierno federal.
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Hasta la semana 38 del presente año, se tiene un acumulado de 3 mil 251 diagnósticos de depresión, 803 registros más que en 2020, lo que se traduce en un crecimiento de casi el 33%.
La dependencia indica que tan solo en la última semana, se detectaron 94 cuadros. Del acumulado anual se observa que la mujer es la más afectada, con 2 mil 291 diagnósticos, contra 960 de hombres.
La crisis sanitaria por coronavirus dejó como secuela un aumento de este tipo de padecimientos, reconoció Víctor López Amaro, médico psiquiatra del Hospital Militar de Tampico.
“El covid-19 dejó una huella indeleble entre la población, porque la muerte y enfermedad que causó, aunado al confinamiento de las familias y a los problemas económicos que se tuvieron al suspenderse las actividades económicas, detonaron muchos problemas de salud mental y la gente no se ha podido recuperar, es una secuela”, dijo.
El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental en más de 100 países, que cada año participan en diferentes actividades.
“La depresión nos afecta a todos. No discrimina por edad, raza o historia personal. Puede dañar las relaciones, interferir con la capacidad de las personas para ganarse la vida y reducir su sentido de la autoestima”, dice la OMS.
Según las estadísticas, alrededor de 400 millones de personas sufren de trastornos mentales a nivel mundial. Algunos se relacionan con el abuso de las drogas y alcohol, mientras que otros con problemas neurológicos.
“Además es necesario mencionar que el agitado ritmo de la vida actual contribuye a que cada día aumenten los trastornos de ansiedad”, informó la Secretaría de Salud.
La dependencia añadió que el covid-19 ha demostrado que ninguna nación estaba preparada para la crisis de salud mental asociada.
SJHN