Verónica recuerda a su tío, don Justo, como una persona alegre, que le gustaba el trago y que siempre sonreía. Murió a la edad de 57 años luego de haberse contagiado de covid-19.
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Don Justo era hermano del papá de Verónica, trabajaba como trailero y fue ahí donde se contagió de covid, en medio del a pandemia no dejó de conducir su tráiler por todo el país.
Luego de contraer el virus estuvo hospitalizado casi un mes en una lucha diaria de su cuerpo contra el virus, las batallas no fueron de victoria, lo intubaron por tres semanas. Partió de este mundo en febrero de 2021, a un año de la pandemia en el país.
Durante su hospitalización los médicos llamaban a diario a la familia, les daban el diagnóstico de don Justo, cómo iba su respiración, su nivel de oxigenación. Había noches que los doctores les decían “probablemente ya no amanezca”. Y sucedió.
En uno de los viajes de don Justo al norte del país, con los contagios del virus por todos lados, se infectó. Comenzó a sentirse mal, lo hospitalizaron y de ahí no salió con vida. Sus restos se convirtieron en cenizas. Dejó en este mundo a dos hijos.
-¿Cómo era tu tío?
-Era alegre, mantenía contacto con toda la familia, primos, tíos, hermanos, él cumplía el rol de unir a la familia. Un día nos dijeron que murió, todos se pusieron tristes.
Verónica se sincera y cuenta que su tío tenía dos familias y que ahora después de lo sucedido a casi un año ambas se pelean por la pensión del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y por los bienes que poseía.
“Sobre sus bienes hay incertidumbre porque nunca se hizo un testamento sobre la herencia que le correspondía por parte de su papá, ósea mi abuelo”, cuenta la mujer que hace un par de días acaba de dar positivo a covid-19 en su variante ómicron.
La última vez que Verónica vio a su tío fue la una ocasión en que él la llamó por teléfono, don Justo estaba en la delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en la ciudad de Pachuca y le pidió que fuera por él en lo que le generaban un trámite en la dependencia federal.
Verónica tomó su auto y fue por su tío, lo llevó a su casa, desayunó con ella y su mamá. Convivieron un rato, platicaron y nunca imaginó que esa sería la última vez que vería con vida a don Justo. Después de ofrecerle de desayunar lo llevó de regreso a la SCT y se despidieron para no verlo más.
-¿Cómo era tu tío en la familia?
-La unía pero no le gustaba meterse en los problemas familiares, se mantenía siempre al margen.
-¿Y cómo era físicamente?
-De estatura un poco baja, tez blanca, dientes grandes, tenía bigote y su pelo negro ya pintaba algunas canas.
Verónica conserva una fotografía de su tío en su celular, en ella aparece don Justo de pie, con pantalón de mezclilla, camisa azul de cuadros, una navaja colgada al cinto, pulseras en ambas manos, un anillo en la mano izquierda, llevaba lentes y sostenía un sombrero.
Don Justo se mira en la foto a lado de ramos de flores rojas, amarillas y girasoles, posa frente a una imagen de San Judas Tadeo en un altar. A los labios de don Justo los separa una sonrisa.