A sus 90 años de edad, Eduardo Romero Hernández vive solo en un pequeño cuarto en la colonia Paraíso de Jesús, una de las más apartadas y marginadas del municipio de Tehuacán. El hombre desconoce si la vacuna contra el coronavirus está disponible, sin embargo, afirma que, de ser así, dependerá de su hermano Antonio, de 78 años de edad, el que pueda recibirla, pues él lo llevaría a recibir la dosis una vez que arribe a la localidad.
Apoyado con su bastón, con un cubrebocas que a veces le abarca parte de la nariz y le descubre la barbilla, Eduardo Romero desconoce si existe una vacuna contra esa enfermedad, debido a que casi no ve ni escucha noticias; solo sabe que cuando sale de su casa para comprar sus alimentos en una miscelánea ubicada a media cuadra de su hogar, debe llevar cubrebocas porque así le han recomendado sus vecinos.
Eduardo sabe que después de realizar sus compras y llegar a su casa se debe lavar las manos; no conoce los desinfectantes que debe utilizar, no hay quien cuide de su salud.
Ante el arranque del Programa Nacional de Vacunación, en el que toca turno a los adultos mayores para recibir la vacuna anticovid, Eduardo dice desconocer que exista un biológico para tratar la enfermedad, por lo que no está enterado a dónde debe acudir para recibir la dosis.
No obstante, Eduardo espera a que su hermano, quien también es adulto mayor y lo visita dos o tres veces por semana, sea quien lo lleve al centro de salud, pues sus condiciones de salud le dificultan caminar, no escucha bien y no puede transitar en calles con movilidad de vehículos. Eduardo dice que si no utiliza ese medio particular o de alquiler, difícilmente podrá llegar caminando al centro de salud urbano, el cual se encuentra a dos horas de distancia.
Por último, dice que no estar convencido en recibir la vacuna, porque lleva más de 30 años que no recibe ese tipo de medicamento y se ha mantenido sano.
AFM