El astrónomo del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (Inaoe), Raúl Mújica García, ganador del premio Nacional de Divulgación de la Ciencia 2012 y Premio Estatal de Ciencia y Tecnología Científica 2014, explicó que su pasión es la ciencia dura, las matemáticas y la astrofísica.
Comentó que admira a los médicos neurocirujanos porque ocupar el bisturí y abrir los cerebros, debe ser una actividad muy difícil, a diferencia de las ciencias duras o exactas.
A diferencia de los científicos que parecen aislados del mundo, Mújica García bromea la mayor parte del tiempo y es difícil que se ponga serio para las fotografías.
En entrevista para Milenio Puebla, el investigador recordó que decidió ser astrónomo a partir del libro La Vida de Leonardo Da Vinci y un cómic sobre la astronomía.
Si no fuese astrónomo ¿Qué le hubiera gustado ser?
“A lo mejor, con el paso del tiempo, vas viendo casos y necesidades. Estudiar el cáncer debe ser algo espectacular, resolver esos problemas pero la verdad es que a mí no se me dio para nada la medicina. Meter el cuchillo, a nadie. Empezar a ver cómo estamos compuestos, menos. Imagínate, abrirle el cerebro a un tipo, los neurocirujanos sí hacen cosas difíciles. Esas profesiones sí son difíciles para mí. La astronomía no, las ciencias duras, no. Abrirle el cerebro a un tipo para componerlo es difícil”.
¿Por qué decidió ser astrónomo?
“Me tengo que remontar a muy muy joven. Probablemente, tenga que ver con un libro que encontré en la casa de un tío, La Vida de Leonardo Da Vinci, libro que todavía conservo; y un libro como cómic que tiene que ver con la astronomía. Eso fue cuando tenía como seis años y, después de eso, tomé la decisión de ser astrónomo. Me dijeron que para ser astrónomo, tenía que ser físico y decidí estudiar Física. Afortunadamente, las matemáticas no eran difíciles. Eran accesible y no se me complicó”.
¿Qué elemento fue clave para tomar la decisión de ser astrónomo?
“El programa de televisión Cosmos me marcó mucho para ser astrónomo y afortunadamente pude lograrlo. Ahora me gusta mucho hacer la astronomía a tanta gente como sea posible. Mi afición por los libros es infinita, muchos tienen que ver con la astronomía, sin embargo, también leo libros de literatura y me gusta promover la lectura entre los niños. No me veo de otro modo, desde niño quise ser científico y no lo cambiaría por nada”, expresó.
¿Cuál es su héroe favorito?
El hombre araña me gusta mucho. Lo comparto con mi hijo. El hombre araña es súper chido porque no tenía trabajo, no tenía tiempo, llegaba tarde y es un cuate que es súper héroe con una vida de un ciudadano. Tenía los problemas de la vida diaria por resolver. Yo conocí al hombre araña siendo joven y fue lo que me reforzó el seguir por la ciencia”, comentó.
Tiene el premio Nacional de Divulgación de la Ciencia, el premio Estatal de la Ciencia y una lista muy larga ¿Qué premio lo ha marcado?
“Te voy a contar. Llegamos a la comunidad y nos hicieron un reconocimiento especial. Nos recibieron con las bandas de música, con un desfile y con los bailes tradicionales regionales, sus vestimentas de gala. Ese tipo de reconocimientos son los que cuentan mucho”, comentó.
¿Un investigador como usted tiene tiempo para alguna afición? ¿Qué afición tiene?
“Por alguna razón, me gustan las máscaras. Empecé una colección con mi hijo en Venecia. Compramos una máscara y después en un viaje a Oaxaca encontré otras dos muy raras. Y la colección fue creciendo y me fui metiendo. En particular, me gustan las máscaras que ya han sido bailadas, es decir, las máscaras que ya han sido usadas, las cuales tienen mucho más valor”, apuntó.
¿Qué mensaje quiere decir en este momento?
La ciencia la hacen seres humanos y te encuentras gente agradable, gente que no lo es tanto, gente que le gusta bailar, en fin, te encuentras de todo. No es necesario ser un genio, ni estar refundido en un laboratorio para ser un gran científico. Todos los científicos tienen aficiones distintas y la ciencia es una muy buena forma de vida”.