Muchos asumen que un filtro de agua para la llave o acudir a una purificadora de agua local es una forma segura de consumir agua, sin embargo, los datos señalan lo contrario.
En 2021 la Asociación Mexicana para la Correcta Hidratación (Agua en México) examinó la calidad de agua de 40 purificadoras de la Ciudad de México: más de la mitad tuvo pésimos resultados.
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En Guadalajara se presentó una situación similar, pues en 20 de 30 purificadoras analizadas había altos niveles coliformes totales, lo que revelaba que un gran número de personas estaban consumiendo agua con residuos fecales y otras sustancias peligrosas para el cuerpo.
Estos datos solo son una muestra de lo que asegura Juan Francisco Bustamante, presidente de la asociación, quien señala que el 60 por ciento del agua potable que llega a los hogares del país cuentan con algún tipo de contaminante como lo son sólidos suspendidos, coliformes fecales e incluso metales pesados, como explicó en una entrevista con el periodista Ramón Rivera.
¿Qué enfermedades provoca?
Primero hay que saber que toda el agua potable llega a los hogares con algún tipo de impurezas, por ello la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece parámetros para saber cuándo es normal la cantidad en que se presentan y cuando se trata de un posible riesgo.
Y es que los peligros pueden llegara de diferentes flancos, como el vertido de desechos industriales sin tratamiento, el aumento de la temperatura del agua, la deforestación y erosión del suelo, el uso de pesticidas y fertilizantes, y el arrojo de desechos sólidos a los cuerpos de agua, como señalan la Guía para la calidad del agua de consumo humano de la OMS.
Es así como se abre una puerta para diversas enfermedades como:
- Amebiasis
- Cólera
- Hepatitis
- Salmonelosis
- Shigelosis
- Gastroenteritis viral
- Disentería
- Fiebre tifoidea
- Poliomielitis
De hecho, la OMS calcula que, esta contaminación causa cada año 505 mil muertes por enfermedades diarreicas en el mundo.
La mayoría de estas enfermedades causan síntomas como malestar o calambres abdominales, fiebre, vómito, diarrea, pérdida de peso y fatiga. Estos síntomas están asociados principalmente a microorganismos habitan en el agua, sin embargo, hay ocasiones en que el origen de los padecimiento puede llegar ante la presencia de pesticidas o metales, mismo que pueden cobrar una factura mayor en la salud a largo plazo como envenenamiento.
De acuerdo con el artículo Riesgos potenciales de salud por consumo de agua con arsénico en Colima, México (2017), la ingestión de agua con contenido de metales y metaloides como el arsénico, cadmio, plomo y mercurio puede producir:
- Daños neuronales
- Problemas estomacales
- Parálisis parcial
- Ceguera
- Ciertos cánceres en piel, pulmón, hígado, riñón y próstata
Cabe señalar que en ese mismo estudio, se dio a conocer que algunas mediciones aleatorias en pozos de Colima tenían concentraciones de arsénico entre 0.1 y 10 μg/L.
¿Cómo saber si el agua es potable?
Existen varias formas de verificar la potabilidad del agua. Uno de los métodos más comunes, fáciles y hasta cierto punto, obvios, se basa en el uso de los sentidos, más específicamente, de la vista, olfato y gusto.
Si el agua es completamente transparente y no tiene ninguna nube de polvo en la superficie ni precipitación en el fondo, es probable que sea segura para beber.
Además, no debe presentar sabores u olores que pudieran resultar desagradables para la mayoría
“Los componentes microbiológicos, químicos y físicos del agua pueden afectar su aspecto, olor o sabor y el consumidor evaluará la calidad y aceptabilidad de acuerdo con estos criterios”.
Cualquier cambio en la apariencia, olor y/o sabor del agua que se suele consumir es un posible indicador de que algo se alteró, ya sea desde la fuente o bien en el proceso de tratamiento, lo que debe investigarse como marcan los estándares internacionales.
No todo es lo que parece
Si bien un primer filtro de seguridad son los sentidos, estos no garantizan nada, pues la transparencia del agua es igual a salubridad, puesto que hay contaminantes químicos y biológicos pueden ser incoloros e inodoros.
Para eso existen las pruebas químicas. Existen kits de prueba caseros que permiten realizar exámenes básicos para determinar la presencia de ciertos contaminantes y bacterias, mismos que no suelen ser muy costosos.
Es necesario precisar que estas pruebas caseras no pueden detectar todos los posibles contaminantes y no son tan precisas como los análisis de laboratorio, pueden ser una buena herramienta, sin embargo, de acuerdo con expertos, el papel la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en esta materia es fundamental, ya que es la dependencia oficial encargada de monitorear la calidad del agua superficial y subterránea en todo el país.
Es por ello que si hay sospechas fuertes de contaminación, lo más recomendable es contactar a las autoridades responsables del suministro de agua o buscar la asesoría de un laboratorio certificado para efectuar análisis más detallados.
¿Qué hacer para que el agua sea segura?
Existen varias medidas que se pueden tomar para hacer que el agua sea segura para beber, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos señalan algunas como:
Hervir el agua
Es el método más eficaz para matar los microbios causantes de enfermedades, incluidos los virus, las bacterias y los parásitos.
En caso de que el agua esté turbia, primero hay que filtrarla con ayuda de un paño limpio, una toalla de papel o un filtro de café. Luego se tiene que separar el agua clara.
Desinfectantes químicos
El blanqueador de cloro de uso doméstico sin aroma, yodo o pastillas de dióxido de cloro son útiles para esta labor. Cabe señalar que estos desinfectantes pueden no ser tan efectivos como la ebullición para matar los gérmenes más resistentes.
En caso de usar cloro (con una concentración de hipoclorito de sodio del 5 % al 9 %) se tiene que utilizar dos gotas por cada litro de agua (lo que es equivalente a 0.1 ml).
Pastillas químicas
También se pueden usar pastillas para desinfectar el agua, mismas que se venden en distintos tamaños y para tratar cantidades específicas de agua. Con esta medida se pueden matar los microbios, incluso el Cryptosporidium si siguen las instrucciones de forma correcta, sin embargo, son un poco más costosas que los otros métodos.
El yodo, las pastillas con yodo (hidroperyoduro de tetraglicina) o las pastillas con cloro matan a la mayoría de los microbios, pero no al Cryptosporidium, además de que no se recomienda su uso en el embarazo.
En el caso de la presencia de metales pesados, existen métodos para eliminarlos del agua, sin embargo, tienden a ser procedimientos especializados y algo costosos.
LHM