Especialistas del Centro Oncológico del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) atienden aproximadamente 45 nuevos casos de cáncer gástrico al año.
Aunque su detección generalmente se da en etapas avanzadas, pues sus síntomas suelen confundirse con otra serie de enfermedades, entre ellas, la gastritis.
El cirujano oncológico de este instituto, Isaías Padilla Mota, sostuvo que dicha enfermedad está relacionada con el fallecimiento de al menos 5 mil mexicanos cada año, pese a ello, las tareas preventivas se enfocan en otro tipos de tumores, como el de mama, cérvix, próstata, entre otros.
Sin embargo, los pacientes que son diagnosticados con este tipo suelen tener una calidad de vida mucho menor.
“Atrás del cáncer de mama y de próstata hay muchas enfermedades o tumores malignos que causan, digámoslo así, menos muertes, pero que son igualmente importantes e incluso su calidad de vida; en el caso del cáncer de estómago, el paciente no puede comer, esta ocluido, afecta más el cáncer gástrico la calidad de vida de un paciente que el propio cáncer de mama”.
El cáncer de estómago, subrayó, se posiciona como el cuarto tipo más frecuente alojado en el tracto digestivo, solo después de las neoplasias de recto, colon y páncreas, ubicándose a nivel nacional entre las primeras cinco causas de muerte.
Causas
Entre los principales factores relacionados con este tipo de cáncer se encuentran, sus orígenes infecciosos, principalmente asociados con la bacteria helicobacter pylori, pues para el caso de México, 70 por ciento de los casos están relacionados con ella.
En el resto de los casos, agregó, intervienen factores como una deficiente alimentación, al alto consumo de alimentos ahumados, salados o la falta de frutas, verduras y hortalizas en la dieta diaria, por lo que recomendó mantener una dieta saludable, una hidratación constante y realizar actividad física, a medida de las posibilidades.
Difícil de diagnosticar
Uno de los principales retos para diagnosticar este tipo de cáncer es que aún no existe una prueba que permita su detección, aunque el mejor método es a través de una endoscopía, aunque generalmente se realiza después de que ya se presentaron algunos síntomas.
“No es un estudio de rutina que se haga como una mastografía o un examen de la próstata, de hecho no se debe hacer, solo en aquellos casos donde el paciente refiera síntomas”.
LC