Mientras distintos países avanzan rápidamente hacia la revolución de la medicina genómica, a México el tren del ADN le está pasando de largo. El país enfrenta una grave escasez de genetistas y cuenta con solo un especialista por cada 525 mil habitantes, a pesar de que su trabajo es crucial para prevenir el desarrollo de patologías hereditarias, como los tumores malignos, enfermedades raras e inclusive detectar el Alzheimer con varias décadas de antelación.
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Una investigación del Instituto Nacional de Salud Pública de Estados Unidos (NHI por sus siglas en inglés) revela que México sufre una aguda crisis de desarrollo de personal especializado en genética que comienza en las universidades y escala hasta los centros de salud. Son tan pocos médicos a escala nacional que probablemente hay menos de 300 investigadores especializados en el tema para una población de 130 millones.
No solo eso: apenas una docena de universidades del país imparten especialidades genéticas y menos de 54 por ciento de los estudiantes de medicina inscritos a escala nacional reciben capacitación en el ramo. La asignatura en los planes de estudio es inexistente.
El estudio, titulado Una evaluación de las necesidades de asesoramiento genético de México, contrasta la baja cantidad de genetistas mexicanos con la cifra de Estados Unidos, en donde se estima que ya hay un asesor genético por cada 100 mil personas. Peor aún, grandes partes de territorio nacional ni siquiera cuentan con un solo especialista.
“Los médicos (mexicanos) carecen de conocimiento sobre la especialidad genética y los roles de los genetistas; hay escasez de trabajos y en caso de recibir capacitación genética, ésta es limitada. Los estudiantes de medicina en el país no toman genética clínica. Por lo tanto, un factor limitante que tenemos incluso fuera de la institución es que el médico no tiene la conciencia de remitir a los pacientes”, destaca el reporte.
EN PROVINCIA, PEOR PANORAMA
De acuerdo con la investigación, avalada por la Universidad de Stanford, el Consejo Mexicano de Genética reportó que hay 248 genetistas médicos certificados en todo el país —debieron cursar ocho años de estudios— y estos se encuentran prácticamente concentrados en Ciudad de México.
En el resto del país el panorama es peor. En Nuevo León, Jalisco, Querétaro, Hidalgo y Yucatán hay un genetista médico por cada 500 mil personas. En tanto que Baja California Sur, Colima y Campeche no tienen uno solo, lo que implica que más de 8 millones de personas en México no tienen un proveedor de genética en su estado.
Otra razón de ausencia de genetistas es la falta de empleos, dado que la mayoría se encuentran prácticamente concentrados en la academia, en la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Universidad de Guadalajara, así como en los institutos nacionales de Salud Pública, Cancerología y de Medicina Genómica, en el Seguro Social (IMSS) y el del ISSSTE donde participan en protocolos de investigación.
A este panorama crítico se añade otro descubrimiento: el reporte destaca que las pocas instalaciones de genómica que hay en el país no tienen fines clínicos constantes durante los estudios de casos médicos. Un tumor maligno, por ejemplo, es tratado con quimioterapia, a pesar de que ésta sea innecesaria y tenga mínimo impacto en la recuperación del paciente.
Existen otras barreras, como el hecho de que la investigación genética sigue siendo percibida como parte de “creencias mágicas” y a ellos se suma la falta de cultura de medicina preventiva.
Por ello, el resto de genetistas se ubican en la práctica privada donde los costos, para acceder a este tipo de estudios, resultan incosteables para el bolsillo de los mexicanos promedio.
Y en la escala de escasez hay quienes salen peor parados: los mexicanos de zonas rurales. “Los pacientes que viven en áreas rurales (22.2% de la población de México en 2010) están en desventaja en comparación con los pacientes que viven en áreas urbanizadas de México”, de acuerdo con la evaluación de las necesidades de asesoramiento genético de México, efectuada por Daiana Bucio, Kelly E. Ormond, Daisy Hernandez, Carlos D. Bustamante, y Arturo López Pineda.
El asesoramiento genético es una profesión bien establecida en casi 30 países: Canadá, Estados Unidos, la Unión Europea, Australia, Nueva Zelanda, Taiwán, Japón, Singapur, Corea del Sur, Israel, Arabia Saudita. De ingresos medios altos, Sudáfrica, Malasia, Cuba, y de ingresos medios bajos, India, Indonesia y Filipinas también han dado pasos para fortalecer el rubro.
Pero en México, la especialización de genetistas se ha adoptado como una profesión separada del trabajo clínico cotidiano, tanto en los servicios como en atención médica, a pesar de que forma parte de los objetivos de la Iniciativa de Genómica Humana en Salud Global de la Organización Mundial de la Salud.