Durante más de 300 años se ha pensado que los espermatozoides humanos no nadan haciendo oscilar la cola. Anton van Leeuwenhoek, el padre de la microbiología, los encontró y describió como unas pequeñas criaturas que meneaban sus colas como las de una serpiente o una anguila nadando en el agua. Ahora, un grupo de investigadores, que utilizaron las matemáticas y la microscopía en 3D más avanzada, descubrieron que esa forma de moverse es sólo una ilusión óptica.
Un estudio firmado por científicos mexicanos y británicos revela que, en lugar de oscilar la cola como si se tratara de una anguila, esta en realidad está torcida y solo se mueve de un lado, mientras que la cabeza del espermatozoide debe rodar sobre sí misma para poder desplazarse recto.
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Este descubrimiento puede proporcionar una nueva esperanza para descubrir algunos secretos de la reproducción humana, según los autores del estudio Hermes Gadelha de la Universidad de Bristol, Gabriel Corkidi y Alberto Darszon, ambos de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El estudio que publica Science Advances revela que la cola de los espermatozoides está, de hecho, torcida y solo se mueve de un lado, por lo que deberían nadar en círculos. Sin embargo "han encontrado una forma inteligente de adaptarse" y avanzar, explica la Universidad de Bristol en un comunicado.
Los espermatozoides "descubrieron que si rodaban mientras nadaban, como las juguetonas nutrias que sacan el corcho a través del agua" irían recto, explicó Gadelha, experto en matemáticas de la fertilidad.
El giro es, sin embargo, complejo: la cabeza del espermatozoide gira al mismo tiempo que la cola lo hace en la dirección de la natación.
Este descubrimiento echa por tierra, más de 300 años después, las observaciones de Antonie van Leeuwenhoek, quien usó uno de los primeros microscopios para describir el esperma humano como si tuviera una "cola que, al nadar, se mueve como una serpiente, como las anguilas en el agua", recuerda el comunicado.
El equipo reveló que se trata de una ilusión óptica. Para ello usaron una cámara de alta velocidad capaz de grabar más de 55.000 fotogramas por segundo y una platina de microscopio con un dispositivo para mover la muestra de arriba a abajo a una velocidad increíblemente alta.
"El rápido y altamente sincronizado giro de los espermatozoides causa una ilusión cuando se ve desde arriba con los microscopios 2D" por la que parece que la cola tiene un movimiento simétrico de lado a lado.
Los sistemas de análisis de semen asistidos por ordenador que se utilizan hoy en día, tanto en clínicas como para la investigación, todavía utilizan vistas en 2D para observar el movimiento de los espermatozoides, por lo que "son propensos a esa ilusión de simetría mientras evalúan la calidad del semen", destaca la nota.
"Este descubrimiento revolucionará nuestra comprensión de la motilidad del esperma y su impacto en la fertilización natural", anotó Darszon.
El investigador destacó que se sabe muy poco sobre "el intrincado ambiente" dentro del tracto reproductivo femenino y cómo la forma de nadar de los espermatozoides afecta a la fertilización, por eso "estas nuevas herramientas nos abren los ojos a las increíbles capacidades que tiene el esperma".
Para Gadelha, comprender la cola del espermatozoide humano "es fundamental" para desarrollar herramientas de diagnóstico que identifiquen a los que no son sanos.
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