Tener estrés es cada vez más común, incluso frases como: ¡Qué estrés!, y ¡Me estresa!, son muy populares hoy en día y ahora, en tiempos de pandemia, las nuevas dinámicas familiares o laborales han contribuido a incrementarlo actualmente, pero ¿te has preguntado si afecta en tu alimentación o si con la comida puedes combatirlo?
En los últimos años, el estrés se ha convertido en uno de los temas de mayor interés para diferentes científicos de la conducta humana, debido a que sus efectos repercuten en la salud física y mental, así como en el rendimiento académico y profesional de la persona que lo padece. Por ello, te contamos qué es el estrés y su relación con la alimentación.
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¿Qué es el estrés?
Sin importar la generación a la que pertenezcas, el estrés ha estado presente en diversas etapas de nuestra vida. Para poder enfrentarlo, necesitas identificarlo. La Real Academia Española (RAE) lo define como: Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos, a veces graves.
El estrés mal canalizado puede afectar diferentes áreas de nuestra vida. Maria Luisa Nanranjo Pereira en su artículo Una revisión teórica sobre el estrés y algunos aspectos relevantes de éste en el ámbito educativo explica las áreas en las que interfiere el estrés:
Afecta tus pensamientos e ideas
Cuando estás en una situación de estrés puedes tener dificultad para permanecer concentrado en una actividad y presentar una frecuente pérdida de atención. La retención memorística se reduce, tanto en la memoria a corto plazo como a largo plazo. Te puedes sentir incapaz de evaluar acertadamente una situación presente, además, tu manera de pensar puede que no siga patrones lógicos y coherentes dentro de un orden, sino que se presenta de manera desorganizada.
Afecta tus sentimientos y emociones
El estrés provoca que experimentes dificultad para mantenerte relajado tanto física como emotivamente. Aparte de los desajustes físicos reales, puedes llegar a sospechar de nuevas enfermedades (hipocondría), aparecen rasgos como el desarrollo de la impaciencia, la intolerancia, el autoritarismo y la falta de consideración por otras personas. Los principios morales que rigen tu vida se relajan y posees un menor dominio propio. La autoestima también se ve afectada por pensamientos de incapacidad y de inferioridad.
Afecta tus actitudes y comportamientos
En algunos casos el estrés causa un descenso de fluidez verbal, puedes experimentar desinterés por tus aficiones preferidas. También los patrones de sueño se ven afectados, además hay cambios en la conducta tales como reacciones extrañas y la aparición de tics.
Con mucha frecuencia una persona estresada presenta síntomas de ansiedad, tales como la aprehensión, la preocupación, la tensión y el temor por el futuro.
Afecta tu salud causando enfermedades psicosomáticas
El doctor Julián Melgosa en su libro ¡Sin estrés! explica que: “Se entiende por trastornos, reacciones o enfermedades psicosomáticas, aquellas dolencias que dan manifestaciones orgánicas, pero tienen su origen en causas psicológicas, como el propio estrés u otros estados mentales adversos.”
¿Puede la alimentación ayudarme a combatir el estrés?
El presidente de la Sociedad Española Médico-Jurídica para el Desarrollo de la Medicina del Trabajo, Juan José Díaz Franco, en su artículo El estrés alimentario y salud laboral vs estrés laboral y alimentación equilibrada explica que no hay ningún nutriente al que puedan atribuirse afectos antiestresantes.
Sin embargo, las vitaminas A, C y E parecen ejercer un influjo directo en la formación de radicales libres (moléculas que produce nuestro organismo como resultado de las reacciones biológicas y que se pueden acumular en las células y dañar otras moléculas). Concretamente, la vitamina C desempeña un papel esencial en la respuesta del organismo al estrés, porque la acción biológica del estrés sobre el organismo está unida a la destrucción de los stocks de vitamina C.
Con base en esta teoría los alimentos ricos en vitamina C que pudieran ayudar a combatir el estrés debido a su efecto antioxidante son: Naranjas, toronjas, kiwi, mango, papaya, piña, brócoli, pimientos rojos y verdes, y espinacas.
Sin embargo Díaz Franco agrega: “Hay un hecho cierto, y es que el placer que nos provocan ciertos alimentos hace que nuestro organismo segregue "opiáceos endógenos" (endorfinas) generadores de bienestar y euforia. Por este motivo hay que suponer que cada persona acaba teniendo sus propios alimentos antiestrés.”
En conclusión, tanto los alimentos ricos en vitamina C, como aquellos que son de mayor agrado para cada uno de nosotros, pueden cumplir la función anti estrés en alguna ocasión, sin embargo no debemos abusar de ellos, sobre todo si se trata de alimentos con alta densidad energética también conocidos como “alimentos hipercalóricos” como chocolates, galletas, etc., pues además de las consecuencias anteriormente mencionadas probablemente se añadiría el sobrepeso o la obesidad a las consecuencias. Para lidiar con el estrés de una manera sana se recomienda acudir con un equipo multidisciplinario (médico, psicólogo y nutriólogo) para tratar el problema de manera integral sin poner en riesgo tú salud.
nerc