Una mujer de 81 años perdió la vida luego de someterse a una cirugía para extraer un feto que permaneció en su vientre por más de 30 años. Los hechos ocurrieron en el Hospital Regional Dr. José de Somone Netto, ubicado en Brasil.
De acuerdo con los reportes de la agencia EFE, la paciente presentó una infección grave, por lo que acudió al nosocomio el 14 de marzo. Tras tomar las tomografías para su revisión, se detectó un feto calcificado.
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Pese a los esfuerzos por parte del personal médico, no se pudo controlar la infección, lo que finalmente derivó en la muerte de la mujer.
Solo unos meses antes (en noviembre de 2023), se detectó un caso similar en México. Un fuerte dolor abdominal llevó a una mujer de 84 años a acudir a un hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Durango, el diagnóstico: en su interior llevaba un feto momificado con el que vivió por más de 40 años.
¿Por qué ocurren los casos?
Según especialistas, este tipo de sucesos suelen presentarse cuando de da un embarazo ectópico, el cual ocurre cuando el óvulo fertilizado se adhiere a un lugar fuera del útero, propiciando que el feto pueda crecer en una zona del cuerpo que no es óptima para su desarrollo por lo que la gestación no se logra con éxito.
Al no poder ser absorbido ni desechado, el sistema inmunológico manda señales identificando al feto como un objeto ajeno y peligroso que podría desencadenar una potencial infección.
El embrión comienza a ser revestido por una sustancia rica en calcio, misma que propicia la deshidratación de los tejidos, convirtiendo al feto en un litopedion (del griego litho = piedra; pedion = niño).
En este sentido, y como señala un artículo publicado en la Revista chilena de obstetricia y ginecología (2014), para que ocurra este tipo de casos se requieren algunas condiciones básicas particulares:
- Embarazo extrauterino (donde la muerte fetal ocurre después de las 13 semanas de gestación)
- Que el feto sea estéril
- Que haya condiciones propicias para la deposición de calcio
- Que el embarazo no sea diagnosticado y tratado
Bajo este panorama es como se inicia el proceso de petrificación. Si bien este tipo de casos ya han sido documentados en otros puntos del mundo —como Colombia, Chile, Nicaragua, Marruecos y Estados Unidos— son bastante raros.
En una investigación médica lanzada en 2014 se dio a conocer que en la literatura internacional, durante los últimos 400 años, fueron descritos poco más de 300 casos de litopedia.
En el caso registrado en México se presentó una particularidad más: al parecer el embarazo sí llegó a término, sin embargo, la mujer nunca dio a luz.
¿Qué sintomas produce?
La litopedia es una condición médica rara que puede tener “un desarrollo impredecible”, como señala un reporte de caso publicado en el Journal of Medical Case Reports (2019).
En la mayoría de los casos las personas que la tienen no presentan síntomas durante mucho tiempo. Sin embargo, algunos pueden experimentar dolor abdominal constante o recurrente, y problemas con el intestino y el sistema urinario.
Además, esta condición puede llevar a complicaciones. Algunas de estas complicaciones pueden incluir la formación de un absceso en la pelvis, problemas en futuros embarazos, la salida de partes del feto a través de la pared abdominal, formación de conexiones anormales entre el recto o la vagina y otros órganos, problemas con la fertilidad de las trompas de falopio y la posibilidad de desarrollar un tipo de cáncer, como explicaron el Dr. Fitsum Fikru Gebresenbet y su equipo en el artículo.
Cuál es el tratamiento
En estos casos el tratamiento depende de varios factores, como explican especialistas, algunos de ellos son: cuánto tiempo ha estado embarazada la madre, su estado de salud, su edad, dónde se encuentra el feto y qué tratamientos están disponibles en el lugar donde se hace el diagnóstico.
En general, el tratamiento suele ser una cirugía. Sin embargo, en algunos casos, especialmente cuando la paciente es de edad avanzada y tiene un alto riesgo de complicaciones quirúrgicas, se puede optar por un tratamiento que implica monitorear la condición sin realizar cirugía.
Casos de fetos momificados en México
En la Gaceta Médica de México se han documentado al menos dos casos de este tipo, aunque estos datan de los años 1931 y 1935 respectivamente.
El primer registro señala que la mujer duró ocho meses con el feto en su interior. En lo expresado por Godoy Álvarez, médico que atendió el caso, se planteó la hipótesis de que la paciente había quedado embarazada de gemelos, si bien dio a luz a uno de ellos (bebé que solo tuvo un mes de vida), el segundo se quedó dentro de su cuerpo por más de medio año sin que nadie notara su presencia.
El segundo caso se registró poco tiempo después cuando una mujer de 30 años, originaria de Mérida, Yucatán, acudió al hospital por un dolor agudo en el abdomen, así como escurrimiento vaginal de sangre negruzca, lo que se interpretó como un posible aborto espontáneo.
El médico que la diagnosticó concluyó que se trataba de un embarazo de siete meses y medio que se dio fuera del útero. Los especialistas decidieron que había que esperar de seis a ocho semanas para extraerlo.
Así, la mujer fue dada de alta el 8 de septiembre de 1935, sin embargo, no acudió al médico nuevamente sino hasta 16 años después.
"En diciembre de 1950, acompañando la señora a uno de sus familiares al gabinete de radiología del Dr. Dorbecker Casasús, fue interrogada sobre si ya se había operado o no y a decir de la señora que no lo había hecho, el médico tomó una placa en la que se nota con toda claridad al litopedion", se lee en la Gaceta Médica.
De acuerdo con los hallazgos, se concluyó que la mujer pudo vivir de manera saludable y sin molestias durante más de una década.
"Es sumamente raro, casi excepcional, que un litopedion retenido durante dieciséis años sea perfectamente tolerado", concluye Antonio Sordo Noriega, autor del artículo publicado en 1952.
Sin embargo, esta idea se contradeciría años después, ya que en más de una ocasión y a lo largo del mundo se han encontrado casos de mujeres que no notan la presencia de un feto momificado en su interior, tal como le sucedió a Estela Meléndez, una mujer de casi cien años de edad originaria de Chile, quien cargó con un extraño bulto en su abdomen por más de 60 años.
No fue hasta que acudió al hospital tras una caída y lesión en el codo que se le practicó una radiografía en la que fue visible la presencia del embrión petrificado.
LHM