La Unión Europea implementó una legislación para que las tapas siempre estén unidas a las botellas de plástico. La indicación obligatoria es una medida para evitar la dispersión de las tapas de plástico en el medio ambiente de tal forma que los consumidores desechen la botella completa.
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El cambio comenzó el 3 de julio, debido a que los artículos de plástico son los más frecuentes en playas. Se estima que en los últimos 30 años se han encontrado 20 millones de tapas de plástico en todo el planeta, una cifra que puede causar un daño ambiental.
¿Se reaprende a beber con estos cambios?
El cambio en las tapas de plástico ha causado diversas reacciones, sobre todo en los turistas que recorren Europa. Los consumidores recurrentes dicen no tener problemas con el manejo de las tapas atadas. Sin embargo, se han registrado reacciones similares a principios de la década de 1990 cuando se modificó las pestañas de las latas de bebidas por cierres permanentes.
“Se puede suponer que en 2024 los consumidores se acostumbrarán cada vez más a estas tapas. Esto se garantizará mediante el cambio progresivo y, en última instancia, definitivo de todos los envases de bebidas desechables a tapas con cierre”, indicó Tilmann Rothhammer, director general de Atención al Cliente y Cadena de Suministro de CCEP Delaware.
Por otro lado, es importante mencionar que no es la primera que las tapas atadas a la botella son implementadas en el mercado. Por ejemplo, Coca-Cola Europacific Partners Deutschland en Alemania, introdujo este modelo de envases desde otoño de 2021.
Las plantas de Dorsten, Mannheim, Mönchengladbach, Hildesheim, Knetzgau, Halle, Lüneburg, Karlsruhe, Fürstenfeldbruck y Bad Neuenahr ya han sido convertidas. Las líneas de producción en Halle, Genshagen y Lüneburg comenzarán su conversión en julio de 2024.
No obstante, este cambio representa un contraste importante en las personas que cruzan el Atlántico, como conducir por el lado izquierdo de la carretera. Incluso, algunos creadores de contenido aprovechan para publicar videos sobre su experiencia bebiendo en estos envases.
Malcolm McKie, un contador fiscal de 35 años de Toronto, destacó que los bordes dentados de plástico de las tapas le hacían cosquillas en el bigote mientras bebía refrescos azucarados este verano en Londres. Mencionó que la tapa también alejó sus labios de la abertura de la botella, lo que provocó que se derramara.
"Terminaba con una barba pegajosa de refresco. Básicamente, tienes que volver a aprender a beber".