Algunos detonantes que determinan que una persona se convierta en un hostigador es que desde niños crezcan en un ambiente agresivo, aunque se da más en individuos que sufrieron historias de abandono, es decir, aquellos que no tuvieron nexos emocionales con sus padres, afirmó Gabriela Fernández Salazar, criminóloga por el Instituto Latinoamericano de Formación Forense.
La especialista, también tanatóloga, sostuvo que es más común que un varón ejerza estas actitudes en perjuicio de una mujer pues los índices son más elevados, esto en relación con aquel que puede ocurrir entre personas del mismo sexo, incluso hacia los hijos.
Fernández Salazar destacó que para identificar oportunamente este tipo de conductas hay diversos focos rojos desde la infancia que tanto padres de familia, como educadores deben tomar en cuenta.
Síntomas
Por ejemplo que los niños tengan micciones nocturnas cuando ya hay un control de esfínteres, agresividad con los animales sin sentimiento de culpa, o bien, cuando son tendientes a jugar con fuego.
Prueba de Fuego
Explicó que lo último es dictaminado a través de una prueba en la que ponen frente al pequeño la flama de un encendedor y si no tienen dichas características “te pueden contar que ven a unos niños bailando, pero quienes presentan riesgo hacen tremendas historias de terror que dicen ver en la flama".
“Es signo de alerta cuando los infantes patean al perrito sin motivo alguno, son señales bien importantes porque la gente lo ve como travesura y en realidad es maldad, ahí empieza el hostigamiento”.
Cuestionada sobre una cura en este tipo de padecimientos mentales aseveró que como en todas las emociones, sí la tienen, siempre y cuando no caigan en patologías porque eso ya requiere un tratamiento psiquiátrico.
“Si nos vamos a las historias de vida de los asesinos seriales, la gran mayoría cumplían con esas tres características: micciones nocturnas, maldad hacia los animales y piromanía, que no es en sí el hecho de encender un edificio, sino deleitarse con el fuego. En ellos no se cubren las expectativas de acompañamiento emocional, en la formación, cuando crecen, ese sentimiento de soledad les hace llamar la atención agrediendo a los demás”.
La criminóloga subrayó que toda esta información deben conocerla padres de familia y educadores, para que eviten reelegar a un niño con esas particularidades ya que requieren atención.
“Cuando las conductas se vuelven patológicas necesitan forzosamente -además de terapia- medicamentos”.
Advirtió que actualmente la hipnosis clínica funciona bien incluso en niños, puesto que es muy tardado entrar a la parte racional para que entiendan lo que está mal, en cambio si se hace por el inconsciente no es de interés si el paciente entiende, sino que asimile los mensajes que le mandan: “es mucho más rápido y no rascas de más”.
LC