El huracán John, que tocó tierra la noche del lunes 23 de septiembre, alteró el pronóstico que habían proyectado las autoridades meteorológicas, pero ayudó a que no fuera un ciclón tan destructivo, explicó la doctora Graciela Binimelis de Raga, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM.
En entrevista con MILENIO, la especialista detalló que, hasta este momento, todavía no se puede conocer con certeza por qué aceleró su llegada a tierra, dado que se esperaba que permaneciera más tiempo en el océano, lo cual hubiera favorecido para que su intensidad fuera mayor.
“Las condiciones en el océano eran muy favorables para la intensificación y las condiciones en la atmósfera también eran favorables, de tal manera que, si el ciclón hubiera permanecido más tiempo sobre el océano, podría haberse intensificado aún más antes de ingresar a tierra; entonces, por un lado, sí hubo un error en el pronóstico inicial, pero por otro lado, menos mal que estuvo errado para que pudiera entrar antes de convertirse en huracán incluso todavía mayor”, dijo la académica.
En las primeras horas del lunes, el Servicio Meteorológico Nacional había pronosticado que de continuar con la velocidad de desplazamiento que tenía el huracán, tocaría tierra entre Puerto Escondido, Oaxaca, y Copala, Guerrero, durante la mañana o tarde del martes y para el miércoles se disiparía.
No obstante, John tocó tierra a las 21:15 horas del lunes, al sur-suroeste de Marquelia, Guerrero, y para este mismo martes comenzó a disiparse.
─¿Hay alguna explicación de por qué se aceleró y llegó antes?─, se le preguntó a la doctora De Raga.
"Realmente, no le puedo decir en este momento, porque para eso hay que hacer un poquito más de estudios, hay que profundizar un poquito más sobre cómo fueron cambiando los vientos a distintos niveles. Hubo una zona de convección muy intensa en una de las bandas exteriores, en la zona cercana a la costa, más al norte, en Guerrero, que puede haber influenciado, pero eso también requiere más estudio, así que no le puedo dar una respuesta concreta en este momento" respondió.
La experta en cambio climático advirtió que lo que sí se ha notado es que hay un retraso en la actual temporada del lado del Atlántico, pues no se están formando todos los huracanes que se tenían previstos para este año.
“Hay mucha discusión en la comunidad internacional de por qué están tan retrasadas las condiciones en el Atlántico, dado que durante años, en los cuales hay un desarrollo del fenómeno de La Niña, ha habido muchos más ciclones, eso es lo que nos muestra el pasado; este año hay algunas cosas que no están siendo exactamente iguales a lo que se esperaban”, expresó la doctora.
“En septiembre, agosto y septiembre, tendríamos que haber visto ya un número importante de los ciclones”, añadió.
Cuestionada sobre si se podría pronosticar un huracán tan destructivo como lo fue Otis, en Acapulco, la especialista dijo que no existe manera de saberlo.
“No le puedo decir con tanta anticipación porque, imagínense, Otis llegó bastante avanzado octubre y las condiciones van cambiando. Por ejemplo, a medida que se refuerzan las condiciones de La Niña, a medida que pasan los meses, la respuesta que tiene la atmósfera es diferente. Hay también otros factores que importan, hay otras oscilaciones, otras ondas en las zonas tropicales que son importantes, que afectan la consolidación", afirmó Binimiles.
Lo que sí pudo asegurar es que este año se podrán ver bastantes lluvias en el sur del territorio nacional, ya que la humedad que John dejo a su paso se encuentra sobre el continente.
“Va haber mucha lluvia en el sur, pues no importa que ya entró John y fue un par de días y ya se ha disipado completamente, y ya no hay una circulación, la humedad que traía John está sobre el continente”.
Finalmente, la doctor explicó que existen muchos otros factores que provocaran lluvias intensas, por lo que consideró adecuado que se hayan preparado con antelación para poder enfrentarlas.
“Todos esos factores van a aportar un montón de humedad al sur de México: va a llover mucho, así que está bien que hayan preparado bastante porque va a haber mucha precipitación en las sierras, que, al bajar, causa deslaves y también causa inundaciones en las zonas más planas”, concluyó.
ARR