Taquicardias, dolores de cabeza, molestias digestivas, debilidad, irritabilidad y cambios de humor son algunos síntomas que padecen muchas personas tras cambiar el horario a sus relojes, debido al horario de verano, pero, ser personas con habilidad de adaptación, podría ayudar para superar de forma más rápida estos malestares en quince días y, en menores de edad, hasta dos meses.
Así lo aseguró, María Elena Martínez Alarcón, psicóloga clínica del Hospital Columba Rivera del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), quien explicó que estas alteraciones sí afectan a nivel biológico, sobre todo al sistema nervioso central, donde se produce la melatonina.
“Esta hormona actúa regulando los estados de sueño en función de la luz solar, es decir, a más luz se produce menos y, por lo tanto, cuando nosotros tenemos más luz en la noche, no vamos a producir esta hormona que es la que motiva a la sensación de sueño.
“Así que, como hay alteración en la melatonina, podemos empezar a sentir somnolencia durante el día, muchas personas presentan irritabilidad, problemas de atención, concentración y de memoria”, explicó.
En este sentido, indicó que estos síntomas los padecen más estudiantes, choferes, pilotos de avión, “es decir, personas que requieren de mayor atención y concentración por las mañanas o las noches”, expuso.
Ante este panorama que muchas personas viven a días de que hubo este cambio de horario en sus vidas cotidianas, la especialista señala que las y los niños se pueden estar adaptando en dos meses, mientras que los adultos, en quince días, siempre y cuando tengan la habilidad de adaptación, porque de no tenerlo, esto podría prolongarse.
“En los menores de edad puede tardar hasta dos meses porque no ponen tanta resistencia, porque sus actividades no son como las de los adultos, pero en nosotros, se supone que deberíamos adaptarnos en los primeros quince días de este cambio de horario, pero como adultos, somos más propensos a la resistencia y tiene que ver con la capacidad de adaptación y aceptar los cambios.
“Esto se dificulta más en personas que son muy estructuradas, es más difícil, por lo que podría prolongarse más tiempo este cambio”, expuso.
Señaló que lo recomendable es continuar realizando las actividades cotidianas a la misma hora, “y ayudar con ello a adaptar al horario biológico”, expuso, además de que haya momentos de descanso para regular de forma más sencilla estos cambios sin tanta resistencia.