El anuncio oficial de que la Ciudad de México regresa a semáforo rojo indignó a algunos trabajadores de la salud que catalogaron tardía dicha medida cuando llevan varias semanas sin camas y un incremento en la mortalidad por covid-19.
Alberto T. Rivera, del Hospital General “Doctor Ruben Leñero” explicó que “llevamos más de un mes con un incremento diario de muertes. Cuando se censan las camas y se dice que hay dos o tres vacías, es porque esos pacientes acaban de morir. Aquí hay pacientes que llegan al triage y mueren en el triage. Tenemos una mortalidad de seis a ocho personal diario”, explicó a MILENIO.
“El código rojo debió haberse anunciado desde hace más de un mes. Estamos saturados desde hace varias semanas, y ahora las familias llegan juntos, el papá, la mamá, el hijo, el esposo, hablamos de cinco a seis personas. No se rechazan
“El problema es la falta de personal y falta de insumos. Se está dando un fenómeno en el que se está dando el ventilador al primero que llegue y los demás tienen que esperar. Se les manda a que consigan, por sus propios medios, algunos insumos pero si no lo logran lamentablemente fallecen”, dijo el encargado de recibir a pacientes covid desde el inicio de la pandemia.
En ese mismo hospital, considerado de los mejores en el país, Andrés, trabajador de la salud, consideró como una burla que hasta ahora hayan oficilializado el semáforo rojo en la Ciudad de México, cuando “llevamos meses, desde el 15 de septiembre, con problemas de saturación. Aquí ha estado llenísimo y ha habido muchas muertes.
“La semana antepasada, cada hora, escuchaba que estábamos en códigos negros, un anuncio interno de que alguien murió, y hasta ahora el gobierno sale a decir que la ciudad vuelva a semáforo rojo.
“No se vale, los enfermeros y los médicos, la gente administrativa, los camilleros, el personal de limpieza, toda la gente está cansada. Estamos cansados ya de esta situación y también que la gente no ponga de su parte. No hay material médico. No nos damos abasto con la gente que viene”, precisó,
En el Hospital General “Doctor Ruben Leñero” recién falleció un compañero de rayos X, llamado Juan. “Estamos cayendo junto con los pacientes, hay muchos compañeros enfermos, y no hay personal”.
De Terapia Intensiva, añadió, considerada de las mejores de la Ciudad de México, “los compañeros salen llorando porque ya están cansados, están agotados. El Leñero está de luto”.
Antonio Cruz, secretario nacional de capacitación política del SNTSA, explicó que México llegó a una etapa en la que se está dando el ventilador a los primeros que llegan. “Si los hospitales están saturados no va a haber capacidad para atender a los demás pacientes y no recibirán toda la atención que requieren con un médico, una enfermera y un intensivista.
“Pero si no hay lugar, tendrán que esperar hasta que el médico pueda atenderlo o haya cama. En ese lapso pueden morir”, dijo a MILENIO.
Para la enfermera Miria, del Hospital Juárez de México, “ver todos los pisos llenos y ver pacientes graves, es muy triste. Verlos que no pueden respirar, ponerlos boca abajo, ver que luchan por sobrevivir.
“Y si todo está ocupado. Cada día llegan más y tienes que saber a quién darle y a quien no; es triste rechazar a personas y que están busquen en otro lugar donde atenderse”, detalló.
Para los familiares de pacientes también es desesperante no encontrar un lugar donde internar a sus familiares con problemas severos de saturación de oxígeno en sangre.
Víctor Manuel Cadena, hijo de José Manuel, de 60 años, ha buscado ayuda durante varios días. “Vengo desde el Centro Médico Siglo XXI por una cama. Y no hay ninguna cama en La Raza.
“Pusieron a mi papá en lista de espera pero que tenemos que firmar una responsiva porque no hay ventiladores, no hay camas, no hay nada. Viene muy mal, trae su pulso muy bajo y su oxigenación es del 67, comentó tras ver el ingreso de su padre a La Raza. “Lo están aceptando pero no hay cama, dónde lo van a tratar”.
En el Hospital General de México, Sara Paz Velasco, de 98 años, tiene horas en su silla de ruedas. Según la mujer, que estaba completamente sola, fue a solicitar atención porque un gato la mordió.
“No tengo a nadie. Nada más a un muchacho que me lleva y me trae, y ahora lo estoy esperando. Me mordió un gato y estoy yendo a que me inyecten en un similares. Me duelen mucho mis pies y no me dejan entrar“, comentó.
ledz