México es tierra de osos, actualmente el territorio cuenta con la presencia de dos subespecies del ursus americanus, mismas que llegaron a habitar en diversos puntos del norte del país y que actualmente se encuentran en peligro de extinción debido al deterioro de su ecosistema y la caza.
Estos peludos y enormes animales han sido vistos irrumpiendo en bodas, dormitando en parques y paseando en universidades. Los estados en los que se han registrado mayor número de avistamientos en los últimos meses han sido Nuevo León y Coahuila aunque no existe un registro exacto del número de ejemplares que habitan en dichas regiones.
Si bien no hay conocimiento del número de osos negros que hay en suelo mexicano, sí se han documentado algunos de sus habitos, comportamientos y otra serie de curiosidades, estas son algunas de ellas.
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A veces cambian de color
De acuerdo con la información de American Zoo & Aquarium Association Bear Advisory Group, algunos de estos mamíferos pueden cambiar de color a lo largo de su vida, pues pueden pasar de haber nacido con un pelaje predominantemente café a tener un tono mucho más cercano al negro en su adultez (o viceversa).
Investigaciones señalan que esto estaría principalmente relacionado con su tipo de alimentación.
“Cuando el alimento escasea el pelaje se torna café, mientras que en otoño, cuando se dispone de más alimento, el pelaje cambia a negro”, explica el investigador Doan Crinder en su artículo El oso negro mexicano regresa de manera natural.
Pese a su tamaño son rápidos y bastante ágiles
El oso negro americano es uno de los carnívoros de mayor tamaño que pueden encontrarse en México, su cuerpo robusto contrasta con sus orejas y cola pequeñas.
De acuerdo con el libro Mamíferos del mundo Mundo, escrito por los investigadores Ronald M. Nowak y Ernest P. Walker, dependiendo de la localidad geográfica y de la disponibilidad de alimento, el peso de estos animales oscila entre los 90 y 216 kilogramos, siendo las hembras más pequeñas que los machos.
Sin embargo, aún con su gran tamaño pueden alcanzar velocidades de hasta 45 kilómetros por hora, es decir, corre más rápido de lo que lo hacen la mayoría de los humanos, así que a menos que ataque a Usain Bolt, es probable que el oso alcance fácilmente a una persona aunque ésta corra a máxima velocidad. Cabe señalar que los osos negros también son excelentes trepadores.
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Solitarios y polígamos
Si bien hay periodos en los que los osos llegan a congregarse en sitios en donde hay alimento, reunirse durante la temporada de apareamiento o bien, en el periodo de crianza de las hembras, lo cierto es que estos mamíferos pasan la mayor parte de su tiempo como “llaneros solitarios”.
Podría decirse que este rasgo de su comportamiento se ve reflejado en sus relaciones, ya que "nunca sientan cabeza”, ya que según explica el estudio realizado por Serge Lariviere y titulado Ursus Americanus, son polígamos.
Ardillas y suculentas en su dieta
Los osos negros están clasificados como carnívoros pues consume carroña, peces, insectos ardillas en inclusive marmotas y crías de venado de cola blanca, sin embargo (y más allá de sus avistamientos comiendo enchiladas) también son amantes de las bayas, flores, hierbas, tuberculos y frutos secos.
De acuerdo con una investigación se encontró que los osos que habitan en la zona boscosa del Desierto Chihuahuense (el más grande de Norteamérica y que es compartido por México y Estados Unidos) consumían en mayor medida plantas suculentas.
Hacen sus propias camas
En 1984 fue lanzado el reporte Black bear cub production and survival in central Arizona, en él se describió que durante los días calurosos y de menor actividad los gigantes peludos construyen echaderos para descansar.
Estos espacios, mejor conocidos como “camas de día” (aunque también pueden ser utilizadas durante la noche), suelen encontrarse en sitios donde hay vegetación densa, a la sombra de los árboles y cubiertas por las hojas secas.
De acuerdo con el investigador Albert LeCount, hay ocasiones en las que los osos permanecen en un sólo sitio por mucho tiempo y cuando esto sucede suelen construir hasta dos o tres camas distribuidas muy cerca una de otra, aunque no se sabe exactamente la razón del porqué de este comportamiento.
Se dividen por jerarquías y son hogareños
Estudios señalan que entre los osos hay jerarquías, mismas que obedecen a características específicas como lo son sexo, tamaño, fuerza y agresividad.
De vez en cuando hay disputas entre ellos para determinar quién se llevará la corona dentro de determinado territorio, sin embargo, esto solo ocurre cuando dos machos con la misma jerarquía se encuentran ya que los osos menos dominantes reconocen su posición, según explica un informe emitido en 2012 por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Por otro lado, a partir de las observaciones del científico Doan-Crider se dio a conocer que el oso negro americano tiene un fuerte instinto hogareño: aún pese a hallarse muy lejos de su hogar busca volver a él, siendo esta una dificultad para su reubicación o reintroducción dentro del diseño de los planes de conservación.
¿Hibernación? esta a discusión
Los osos negros que viven en México han generado debate entre expertos, ya que, a diferencia de otras especies, no se tiene claro si tienen una verdadera hibernación o no, ya que durante las épocas más frías del año tanto la temperatura de su cuerpo como su metabolismo disminuyen muy poco.
“Existen factores como el clima, la duración del día, la cobertura vegetal y la disponibilidad de alimentos que determinan el tiempo de hibernación”, señala un artículo publicado en la Revista de Divulgación Científico y Tecnológica de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
Al respecto, especialistas explican que en ocasiones, aquellos osos que habitan en las montañas más altas, en donde las condiciones son mucho más extremas, los osos hibernan todo el invierno.
Por otro lado, aquellos que viven en zonas más bajas y en donde la temperatura es más alta, suelen no hibernar y en caso de hacerlo es durante periodos muy cortos.
LHM