¿El estrés de las personas afecta las emociones de los perros? Esto es lo que revela un estudio

Los investigadores reclutaron a 18 parejas perro-propietario para participar en una serie de pruebas con diferentes olores humanos.

Así reaccionan los perros al estrés humano
Ciudad de México /

Un estudio observacional llevado a cabo por la Universidad de Bristol (Reino Unido) ha constatado cómo los perros son capaces de “oler” el estrés de las personas y tomar decisiones más negativas con base en eso.

Así lo pone de manifiesto el primer estudio que comprueba cómo el olor del estrés humano afecta al aprendizaje y al estado emocional de los perros, que recoge este lunes la revista Scientific Reports.

Los investigadores reclutaron a 18 parejas perro-propietario para participar en una serie de pruebas con diferentes olores humanos.

La primera de ellas consistió en entrenar a los perros para que supieran que cuando un cuenco de comida se colocaba en un lugar, contenía una golosina, y cuando se colocaba en otro, estaba vacío.

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El resultado fue que cuando el perro aprendía la diferencia entre las ubicaciones de los cuencos, se acercaba más rápido al lugar con la golosina que al lugar vacío.

A continuación, los investigadores comprobaron la rapidez con la que el perro se acercaba a nuevos recipientes situados entre los dos originales.

Una aproximación rápida reflejaba optimismo respecto a la presencia de comida en estos cuentos, y por tanto un estado emocional positivo, mientras que si se acercaban de forma más lenta era por una percepción más pesimista respecto a la posibilidad de encontrar comida.

Una vez entrenados, los científicos expusieron a los perros a muestras de sudor y aliento de humanos en estado de estrés o relajación y vieron si seguían haciendo las pruebas del mismo modo tras esa exposición.

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La actitud cambió: el olor relajado les hizo acercarse más rápido al lugar ambiguo con la confianza de encontrar comida, mientras que con el olor a estrés reaccionaron de forma más negativa, acercándose más lentamente a esos comederos situados en lugares ambiguos.

Los investigadores sugieren que esta respuesta "pesimista" refleja un estado emocional negativo y podría ser una forma de conservar energía y evitar decepciones.

El equipo también descubrió que los perros seguían mejorando su aprendizaje sobre la presencia o ausencia de comida en los dos lugares del cuenco entrenados y que mejoraban más rápidamente cuando estaba presente el olor del estrés.

DAG

  • Agencia EFE
  • Agencia de noticias con 84 años de trayectoria

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