La misión 'Mars 2020' es una de las más importantes de la NASA en los últimos años. Sin embargo, científicos de la Universidad de Hong Kong descubrieron que el rover Curiosity, vehículo de exploración terrestre, estudiaba sedimentos que no se formaron en un lago en Marte.
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El rover Curiosity aterrizó desde 2012 en el Planeta Rojo, específicamente en el cráter Gale en Marte, donde ha estado realizando análisis geológicos, ya que muchos científicos pensaban que el cráter era el sitio de un antiguo lago en Marte hace más de 3 mil millones de años.
Después de analizar los datos brindados por el vehículo, investigadores del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Hong Kong descubrieron que el rover de la NASA ha estado explorando sedimentos superficiales movidos por el viento, y no originados en un lago en dicho lugar, según un estudio publicado en ‘Science Advances’.
Sugirieron que el conjunto de rocas sedimentarias analizado durante los últimos ocho años representa arena y limo depositados como caída de aire de la atmósfera y colocados por el viento.
Además de que minerales de alteración formados por la interacción entre el agua y la arena no ocurrieron en un entorno de lago. El ambiente húmedo representa una meteorización similar a la formación del suelo bajo la lluvia en una atmósfera antigua que era muy diferente a la actual.
Los investigadores asiáticos utilizaron mediciones químicas y mediciones de difracción de rayos X (XRD), además de imágenes de texturas de rocas, para revelar cómo las tendencias de composición de las rocas se relacionan con los procesos geológicos.
"Jiacheng (director del artículo) demostró algunos patrones químicos muy importantes en las rocas, que no se pueden explicar en el contexto del entorno de un lago", dijo en un comunicado el asesor del estudio, Joe Michalski. "El punto clave es que algunos elementos son móviles, o fáciles de disolver en agua, y algunos elementos están inmóviles, es decir, permanecen en las rocas”.
“Los resultados de Jiacheng muestran que los elementos inmóviles están correlacionados entre sí y están fuertemente enriquecidos en elevaciones más altas en el perfil de la roca. Esto apunta hacia la erosión de arriba hacia abajo como se ve en los suelos. Además, muestra que el hierro se agota a medida que aumenta la meteorización, lo que significa que la atmósfera en ese momento se estaba reduciendo en el antiguo Marte, no oxidándose como en el planeta oxidado de hoy en día", agregó.
Comprender cómo evolucionó la atmósfera marciana y el medio ambiente de la superficie en su conjunto es importante para la exploración de una posible vida en Marte, así como nuestra comprensión de cómo la Tierra pudo haber cambiado durante su historia temprana.
"Obviamente, estudiar Marte es extremadamente difícil y es necesaria la integración de metodologías creativas y tecnológicamente avanzadas. Liu y sus coautores han realizado observaciones interesantes mediante la utilización de técnicas de teledetección para comprender la composición química de los sedimentos antiguos que informan sobre su desarrollo temprano”, añadió el profesor asistente del Departamento de Ciencias de la Tierra, Ryan McKenzie.
“Sus datos presentan desafíos a las hipótesis existentes tanto para el entorno deposicional de estas formaciones rocosas únicas como para las condiciones atmosféricas en las que se formaron; específicamente, los autores muestran evidencia de procesos de meteorización bajo una atmósfera reductora en un entorno subareal similar a un desierto, en lugar de formación en un ambiente de lago acuoso. De hecho, este trabajo inspirará direcciones nuevas y emocionantes para futuras investigaciones", agregó.
caov