La tabacalera Philip Morris reconoció por primera vez que el cigarro es letal. Admitió toda la evidencia científica acumulada por años respecto a que es causa de cáncer, eventos cerebro y cardiovasculares, males respiratorios, obstructivos pulmonares y crónicos, por lo que se comprometió a desaparecer el producto convencional —cajetillas que “exponen” al consumidor a 6 mil elementos tóxicos—, en tanto consiga de la FDA la autorización para comercializar nuevos dispositivos electrónicos, que en lugar de quemar calientan el tabaco.
En la 25 versión de la Sociedad para la Investigación de la Nicotina y el Tabaco, los voceros de la tabacalera presentaron en carteles la evidencia científica entregada a autoridades de la FDA sobre su sistema electrónico de calentado de tabaco y ocho productos de tabaco sin humo, con el argumento de que reducen riesgos de toxicidad, aunque siguen siendo adictivos.
La FDA, a finales de enero pasado, cerró el periodo de comprobación científica para esos productos y abrió un nuevo debate público, en el que particulares y académicos argumentarán a favor y en contra; luego un comité científico dará un veredicto en torno a la normatividad que regirá los dispositivos electrónicos, sin engañar al consumidor.
Por lo pronto, la FDA determinó catalogarlo “riesgo reducido” por el de “riesgo modificado” sobre este dispositivo dirigido a adultos que quieren seguir fumando sin importar las consecuencias.
Incluso, la FDA alertó sobre la forma en que los cigarros electrónicos, aparatos tipo USB, están llegando a los jóvenes, creando generaciones de futuros enfermos por nicotina.
Patrick Picavet, director del área científica y médica de Philip Morris Internacional, aclaró que la empresa fundada hace más de 100 años (1885) está en proceso de transformación y aún cuando la industria tabacalera sigue siendo lucrativa —en 2018 obtuvo ganancias netas de 29.6 billones de dólares a escala mundial, aumento de 14.2 por ciento comparado con 2017—, desea colocar novedades tecnológicas..
“Las alternativas reducen 95 por ciento de exposición a químicos tóxicos; no significa que es una reducción de 95 por ciento en riesgo (de contraer enfermedades). Cuando analizamos el riesgo, es necesario hacer una investigación más profunda para entender y medir, por ejemplo, qué tanto se pueden reducir los males cardiovasculares y el cáncer (males causados por el cigarro). Lo que sabemos hoy, en general, es que estos productos tienen potencial de reducir el daño, pero no podemos decir que reducen el riesgo de contraer una enfermedad cardiovascular en 95 por ciento”, detalló.
—¿La autoridad sanitaria de México compara los cigarros con un asesino serial?
—“Los cigarros son muy dañinos y ocasionan enfermedades y la gente muere. Así lo veo desde el campo científico. Necesitamos buscar opciones para alejarnos del cigarro y asegurarnos de ayudar a la gente a parar (de fumar), que es la mejor opción, y para aquellos que seguirán fumando, ayudarlos a cambiar a algo menos tóxico, por productos que representan menor riesgo.
—¿Es justo que lo comparen con un asesino serial?
—Desde el aspecto científico, si mucha gente muere por lo que ocasiona el cigarro, si la pregunta es esa, entonces la respuesta es sí.
—¿La adicción al tabaco debe considerarse un mal mental?
—Desde la óptica científica sí lo es, pero los fumadores no lo ven así, por lo que debemos enfocarnos en opciones menos dañinas.
Admite tabacalera por primera vez la letalidad del cigarro
Reportaje
Patrick Picavet, director del área científica de Philip Morris, señala que la empresa busca ofrecer un producto menos dañino, como el electrónico, por lo que prevé la desaparición paulatina del tabaco convencional.
Ciudad de México /
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